jueves, 31 de julio de 2008

Seriedad...


Hola amigos/as:
Aprovechando los calores estivales, momento en que las mujeres mudan de piel y lucen todo el esplendor de sus curvas “peligrosas” y, los aguerridos hombres lucen sus esculturales cuerpos, ambos fruto de duro e intenso trabajo invernal, debo deciros sin ánimo de menospreciar a nadie, que comer en la terraza del apartamento que tengo alquilado en Platja d’Aro se está convirtiendo en un placer.
Pero no todo debe de ser esculturas y arte en forma de cuerpos bronceados playeros, también hay cuerpos y cuerpos. Si unos lucen sus tipos sin ningún tipo de fisuras morales, los hay que presumen de lorzas naturales, fruto también de un duro trabajo invernal. Cada cual luce su inversión como le place, lo que sigue haciendo maravilloso al ser humano.
En cualquier playa del litoral o cualquier piscina de éste santo País, y que me da lo mismo que lo mismo me da, que entendáis Catalunya o España, ambos como una, grande y libre (se trata del concepto no de política) los cuerpos humanos una vez trasquilada la lana, muestran sin ningún pudor lo que debajo de la ropa ocultan en invierno y ahora con los calores muestran con total desparpajo. Si es que no nos entiende nadie.
Es como reñir a tu hijo pequeño en la tranquilidad del hogar estando el que riñe en cueros y el otro vestido. Seamos serios.
Esto me ocurrió la otra mañana mientras hablaba con una amiga por teléfono (no revelaré su nombre por respeto) sobre la poca seriedad de las personas. Y aunque no venga al caso, lo importante es que estaba hablando por teléfono con Sonia (se me ha escapado, lo siento), la mujer de mi amigo Salva (que por cierto vienen a verme al Hotel unos días junto con sus niños Salva y Sergi acompañados de Sergi, Mónica y sus niñas Berta y Laia) y me dice:
“Un momento, que el Sergi ha hecho algo y voy a reñirlo”.
Mientras escucho lo que le dice al pequeño empiezo a entender que duro debe de ser el papel de madre (ahora te entiendo mamá). Concluye rápido y seguimos hablando cuando vuelve a interrumpir para anunciarme:
“Toni, estoy desnuda, con la puerta abierta y mi marido o alguien puede venir y no tengo la ventana cerrada y me puede ver aquí en pelotas hablando por teléfono y mi hijo castigado sentado en una silla”.
Vamos por partes. Tengo un amigo, Xavi, que tiene la manía de rascarse los huevos cuando habla por teléfono, pero lo hace solo cuando habla con sus amigos, es decir, le importa muy poco lo que le digamos, él se rasca porqué le pica. Y ahora resulta que la confianza es tal, que estás hablando con la mujer de uno de mis más mejores amigos y está en cueros. Tengo mucha imaginación, pero esto es tener la mirada sucia, y yo no la tengo. Salva, te prometo que no me la he imaginado, palabra.
Si me imagino al niño con esa cara de pan que tiene viéndote desnuda y castigándole. El pobre debe pensar que estás imitando a los TELETUBIS y que lo haces de pena. Eso contigo, ya que si se imagina a tú marido, prefiero no pensar que puede imaginarse tú hijo.
Pues eso, que estábamos hablando de ser serios, de la falta de seriedad de algunos seres humanos y la anécdota fue esa. Imaginación al poder.
Un abrazo

TONI

1 comentario:

Anónimo dijo...

Hacía tiempo que no te visitaba, me he leido todo lo atarsado he visto las fotod (hasta la de la putada), y no pedo más que felecitarte por tu manera de escribir, por tu gran corazón (lo de tu hermanita), por lo sinverguenza (por mi foto sin dormir), por tus amistades (incatalogables), y por esto y por mucho más ven a mi casa esta Navidad.
José Luis