miércoles, 30 de julio de 2008

Ayudar...


Hola amigos/as:
La otra mañana mientras paseaba al amanecer por la playa, como casi cada día, maravillándome de lo bello que es cada día al empezar, a lo lejos vi. a una persona que jugaba con las olas del mar al romper en la arena.
Mientras me iba acercando veía que era una persona mayor y sonreí porqué lo veía disfrutar, adelante y atrás, meciéndose como las olas del mar. Cuando estaba a una distancia más próxima, observé atónito que lo que yo creía un juego era totalmente distinto. La persona mayor estaba intentando levantarse, y cada vez que apoyaba la mano en la arena buscando ese punto de apoyo que le permitiese adoptar la posición erecta de su cuerpo, se hundía y al siguiente vaivén del mar se iba para atrás sin poder ponerse en pie.
Verifiqué visualmente que lo que veía era así, que no fuese a interpretar otra cosa. Tardé décimas de segundo en reaccionar y correr para unos segundos mas tarde estar a su altura, extender mi mano y ayudarlo a levantarse.
La cara con la que el señor miró mi mano y después mis ojos difícilmente se podrían describir, pero asió mi mano con tanta fuerza que al tirar de él necesité de la otra mano para subirlo y sacarlo del agua. El hombre me dio las gracias, que acepté; me deseó un buen día, que acepté y le desee lo mismo.
Proseguí mi camino casi sin pensar en lo sucedido. Pasos más adelante me giré para ver como estaba el señor, y éste desde la orilla miraba el mar.
La reflexión fue que aprendió la lección y aceptó mi ayuda. Si hubiese podido levantarse sin mí lo habría hecho; pero el caso es que le ayudé y me sentí feliz.
Cada día que pasa, la capacidad de aprendizaje del ser humano no deja de sorprenderme. Algunos aprenden la lección a la primera, otros necesitan de alguna lección más y hay otros que ninguna lección les hará aprender nada. Éstos últimos no aprenden nada, porqué se consideran tan inteligentes que no necesitan aprender.
Algunos podrían decir que hay algunos seres humanos que no aprenden nada porqué son tontos. No es del todo cierto. Tal vez no hayas sabido enseñarle. No es necesario enseñar hablando. Un simple gesto puede decir más palabras que cualquier enciclopedia.
Lo de hoy viene al caso de que el ser humano tiene la enorme capacidad e hipocresía de desear una cosa y hacer otra. Y lo hace por miedo y comodidad. Yo soy de los que digo que miedo a nada, respeto a todo.
De que sirve que una y otra vez deseemos hacer nuestros sueños personales realidad si cuando tenemos que empezar a cumplirlos, con la excusa de reflexionar lo que hacemos es seguir igual a ver si algo cambia por si solo. Evidentemente que cambiará, si no en esta vida será en la siguiente, pero el artífice del cambio, el primer paso lo has de dar tú. El ser humano es sorprendente, se adapta mejor al sufrimiento que al amor, y en cambio detesta el sufrimiento y desea el amor.
Nunca es tarde para aprender ni para pedir ayuda, pero recuerda, el esfuerzo lo has de hacer tú.
Ese señor creía que estaba solo, no sé lo que pensaría ni antes ni después de que apareciese yo (lo último puedo deducirlo), pero mientras él intentaba ponerse en pie sin mirar alrededor estaba callado. Simplemente sucedió y la experiencia me ayudó más a mí que a él.
Si un día aprendí a perdonar, el otro día aprendí a pedir ayuda.
Un abrazo
TONI

1 comentario:

Anónimo dijo...

i'm also into those things. care to give some advice?