domingo, 31 de julio de 2011

Revisión de las verdades (2)...

Mis queridos/as amigos/as:

Siguiendo con los tipos de verdades. Podría afirmar (y seguramente me estaré equivocando) que hay dos tipos:

- La verdad natural: de la naturaleza misma, es decir, la vida misma, el origen de todo. Científicos y teólogos han intentado encontrar y dar la verdad sobre la existencia de la propia vida, pero sólo la fe hace decantarse hacía uno u otro lado de la balanza. La fe es el símbolo del desconocimiento (y del miedo), de aceptar algo porqué si solo porqué no se puede (o no se sabe) dar una respuesta exacta.

- La verdad social: la que dicen los hombres, la que los une o separa. La que se acepta por historia, ya que viene impuesta por ella: las cosas eran así. Ésta se encuentra en cierto modo influenciada por la anterior. Y aquí podría distinguir (o podríamos) varios tipos más, dependiendo de cada ser humano y sociedad.

En este proceso de revisión de la verdad que el Arte Marcial al que amo y al que he en principio, consagro mi vida, me ha llevado a realizar mi propia revisión de mis verdades. Así que tengo dos:

a) Verdad del Arte Marcial: acatada por el ritual. Se acepta tal y como es, viene del Maestro de Mi Maestro, del Maestro de Maestros… La acepto, la enseñó e hizo que se transmitiese tal cual, imperturbable en el paso del tiempo. Esta escrita en el viento, y si no sabes leer ni entender el viento, ¿Cómo vas a comprenderla? ¿Cómo puedes opinar sobre ella? ¿Cómo puedes osar juzgarla? Para eso, el Maestro enseña al Discípulo a leer y comprender el viento: la huella del tigre sobre la arena, sólo el tigre la comprende.

b) Verdad familiar: transmitida de padres a hijos. La que se acepta porqué así lo hicieron nuestros antepasados. Y está puede perfeccionarse.
Ambas verdades requieren de tiempo de aprendizaje, poco a poco, paso a paso.

Conforme creces vas asimilando y aceptando las diferentes verdades de la vida… Y magia, todo cuadra a la perfección cuando llegas a conocerte a ti mismo (todos quieren hacer el camino que tiene como destino uno mismo… pero sólo los valientes se atreven a recorrerlo).

Y la vida sigue, y con ella la verdad. Esa verdad que da la existencia y que cada uno posee, la que hay que transmitir a los que vienen, pues ellos deben saberla en busca de mejorar las futuras generaciones.

La verdad del ritual hay que acatarla, aunque no se entienda, con paciencia llegarás a entenderla, pero primero debes acatarla con fe.

Y ahí viene cuando me pregunto¿ qué verdad debe ser defendida? Uno debe de hacer lo que debe de hacer, no lo que quiere o desea, pues muchas veces lo que quieres no es lo que debes, aunque hay una excepción, si sabes que no debes de hacerlo pero quieres, entonces no hay arrepentimiento, hay aprendizaje.

Un día, espero que mi hijo me pregunte que es la verdad. Espero contestarle de tal forma que me pueda comprender, aunque sepa en ese mismo instante que no me entenderá y, hasta que no la acate no la aceptará. Eso si, siempre le diré: la verdad es decir lo que uno siente (mentir es decir lo contrario a lo que uno siente), pero eso si, sólo cuando le pregunten. Y conforme crezca, que aprenda cuando es bueno y cuando no decir la verdad, u obrar según su propia verdad, es decir, según sus propios sentimientos.

Como conclusión, si la verdad es universal y divina, ¿qué tiene el hombre de divino para creerse en posesión de la verdad?

En fin, amigos y amigas, hasta aquí llego hoy, mañana más. No prometo hacerlo mejor pero si que haga lo que haga lo haré de la mejor manera posible.

Un abrazo

TONI

PD: Se que he estado ausente un tiempo largo, revisando las verdades y dedicado a seguir enseñando lo que tanto amo.