domingo, 6 de julio de 2008

Va por ti... Y por mi

Hola amigos/as:

Ayer querido/a y desconocido/a “cielo” te resumí en cuatro líneas algo intenso que ha logrado llevarme a tomar el camino que en principio, ha de llevarme hacia dónde siempre quise ir.
Siguiendo ese viejo proverbio oriental: “Todo aquello que no te destruye te hace más fuerte”, podría comentarte que en cierto modo es cierto. Soy más fuerte porqué he aprendido a mostrar mis debilidades y al mostrarlas, gracias a ellas he visto que eran mis cualidades.
Acepto lo sucedido como algo que no tiene una posible explicación lógica. Como dice mí querido hermano: para mí ha sido una liberalización. Liberalización que la he entendido casi cinco años después. Lo que si he de confesarte es que en principio, ya no me producen ningún tipo de sensación, y la verdad, es que aunque me preocupó en un principio, ya no pierdo el tiempo en intentar saber porqué ya no me afecta y me ocupo de atender lo que mi corazón me pide.
Descubrir que tengo un corazón y escucharlo ha sido algo positivo en esta travesía del desierto, en la que entre otras cosas he leído mucho, algunos de los libros leídos han sido de esos que se denominan de autoayuda, y un poco de aquí y un poco de allá, más mucha educación física y largos paseos en solitario, pues eso: he aprendido a sonreír.
En estos momentos, en el Hostal hay unos amigos de la Universidad que han venido a disfrutar del hostal y a verme. Hemos pasado unos momentos geniales, en familia. Esta situación, que por cierto, del todo impensable años atrás es una gran satisfacción para mí. Ver a sus hijos bañarse en la piscina, jugando y riendo, observar a sus orgullosos padres como disfrutan de sus hijos es algo que me hace feliz. Y también me hace feliz ver y sobretodo sentir que me abrazan, que me besan, que nos reímos y jugamos juntos. Vamos una vida de lo más normal pero que para mí es un sueño hecho realidad.
Incluso cuando estoy en Karate y doy adaptación a los demás, pues el arte Marcial que practico reconoce dos categorías: el que aprende y el que enseña (el que aprende debe hacerlo con mente de humildad y el que enseña de alguna manera desea reafirmarse así mismo) me ha hecho ver corrigiendo a los demás, defectos míos a corregir. En ésta Escuela he aprendido que para progresar es lícito poder y saber equivocarse, que no es malo, si no que es la mejor manera de querer progresar.
Pues eso, querías saber de mí, de mi vida… Pues mi vida es plena e intensa, cargada de maravillosas sensaciones solo soñadas años atrás y manifestadas ahora en forma de sonrisas, besos y abrazos.
Ahora, debes decirme quién eres tú.

Un abrazo

TONI

No hay comentarios: