Después de una noche tranquila y descansada, es sábado 12 de Julio. Como gotas de rocío van llegando en sus motos los que vamos de excursión. Antes de partir rumbo al aperitivo y posterior barbacoa, damos un par de vueltas por la Plaza de España para ver si llega algún regazado y reagrupar el disperso grupo. Una vez juntos, enfilamos la Gran Vía hacia Mataró, dónde en una gasolinera nos espera mi “alter ego”: Arturo.
Me sitúo en cabeza para dirigir al grupo, y les obsequio con un ponerme de pie encima del asiento de “Blanquita” mientras vamos en marcha.
Llegamos a Mataró, Arturo nos espera y como no llevo GPS me confundo de pueblo y damos un par de vueltas por la carretera antes de llegar al aperitivo.
El aperitivo se hace en “Gran Chef” de Vilassar de Mar, dónde Maria y su primogénito nos esperan para obsequiarnos con unas croquetas (o concretas o cloquetas o cocretas) deliciosas y artesanales (de espinacas, gorgonzola, pollo…). Un poco de cava, algún refresco, cerveza y el aperitivo sigue con gambas rebozadas, pan, un poco de jamón (del “güeno”) y evidentemente fotos, como la que ilustra.
Después de darle educadamente, cordialmente y amigablemente las gracias a Maria por su hospitalidad, que no es porqué sea yo, es un lugar de comidas “caseras de verdad” para llevar, ideal para solteros o para familias en fin de semana hartos de cocinar. Es recomendable del todo por TODO: comida, delicatessen varias, trato y simpatía a raudales como su buen y saber hacer.
Salimos rumbo a casa de Arturo, lugar de la barbacoa: butifarras, cordero, churrasco, cerveza fría, refrescos, cava y grandes ganas de reír y pasar un sábado inolvidable.
Me pongo al frente de la barbacoa mientras Arturo se remoja en la piscina junto a los demás. Hace calor y un baño con una cerveza en la mano y la otra en el badajo… menudo goce.
Como las ascuas están apunto de hacer ascuas la barbacoa, le pido a Arturo que improvise el camping gas y aparte de barbacoa también haré algo en un perol.
La comida está servida, todo en su momento, todo calentito, todo a su debido tiempo siempre está mejor. Comemos, bebemos y reímos.
En la sobremesa Arturo anima los cafés con algún que otro chiste. José Luis, siempre integrado en el grupo hace la siesta. Dos amigos encantadores le despiertan con el agua de la bebida: hielo en estado líquido. Mientras el agua sale del cubo en dirección a JL nos preguntamos que muy bien del corazón no estaba, pero ya es demasiado tarde. Si le pasa algo antes de la respiración culo – boca, mejor es dejarlo en una cuneta. Está en forma, al contacto del agua, repliega su cuerpo con un abdominal nunca antes realizado. Acompaña al abdominal un grito de Tarzán en horas bajas y de consabidos piropos que por pudor y verguenza ajena no transcribo.
Y como siempre hay algún crítico (por no llamarlo gracioso de turno) a las bromas, en este caso Fernando, con bañador, gafas caladas y humeando un puro, le sorprende por detrás el resto del agua.
Conclusión: estamos amenazados de que algún día algo nos harán. Desde la amenaza no hago mas que ir al baño de lo que me tiemblan las manos…
Llega la hora de replegarnos para el evento. Pedro sin GPS pero como copiloto al segundo hijo de Arturo, se pierden; normal, quién con niños viaja perdido se encuentra.
Al llegar al recinto el tiempo empeora y mientras nos dirigimos a una carpa a refrescar el gaznate me encuentro con mi hermana. Sorpresa, si mi hermana, a la que hacía cinco años un asunto familiar que deshonra mas que honra me la encuentro de frente y sonriente. Uno, que es educado y caballero, a pesar del mal hecho y dolor causado, todo ello ya redimido y perdonado pero no comunicado, voy a saludar. Para no extenderme, le dedicaré un capítulo posterior a ese encuentro, pues resultó del todo emotivo para mi persona.
Total, que el concierto de Manuel Fuentes y sus chicos de la PTA Calle (imita a Bruce Springsteen y la E Street Band) queda en agua de tormentas. Que manera de llover y mientras nosotros a cubierto de una de las carpas compartiendo una velada más de risas, cerveza y algo de comida.
Llega el momento de irnos a dormir, son las 23’30h y la lluvia nos da un respiro. Vamonos a casa, que por cierto la familia de Arturo duerme en casa… Si uno es un portento, imagina cuatro.
Me despido con un abrazo a mi hermana y un hasta mañana al resto. Los de Murcia marchan, por lo que es un hasta pronto amigos.
Llueve en Barcelona, y en mi corazón también…
Un abrazo
TONI
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