sábado, 23 de marzo de 2013

46 y un día...


Mis queridos/as amigos/as:

Ya ha pasado un día desde mi nuevo nacimiento. Todos los diferentes nacimientos que he tenido a lo largo de mi vida, que son gotas de vida en el océano del Universo, éste si acaso ha sido el más especial.

Cada año es un avance, pero éste último el avance ha sido proporcionalmente muy grande: he sentido muchas cosas y todas ellas en sueños cumplidos, sueños que se han manifestado, sensaciones no descriptibles con palabras (y mira que para eso tengo cierta facilidad), de las que éste año a pesar de mi naturaleza, han sido por primera vez las justas y necesarias: para que mi voz sea escuchada, y en mis silencios, para escuchar a los demás.

“No digas todo lo que piensas, pero si piensa TODO lo que dices”.

Con ésta frase podría resumir el año de mi nacimiento 45. Y para el año del 46, todo que acaba de comenzar, seguiremos con esa tendencia de escuchar más que decir.

Hoy empiezo. Mañana empiezo… Y todo es siempre empezar, como los días, que cada día empieza uno de nuevo sin tener claro que puede suceder. La frase:
“El pasado se fue. El futuro es incierto. Hoy es el mejor regalo, por eso se le llama presente, disfrútalo”…
Estoy de acuerdo, pero lo que hagas hoy, tendrá repercusión mañana. Y aunque el mañana nadie lo tiene asegurado, debemos vivir con la esperanza de que habrá un mañana, y estaremos ahí para contarlo, verlo y sentirlo, sobretodo sentirlo.

Estoy dónde siempre he deseado estar: rodeado de amor y cariño. De mí hacía ellos y de ellos hacía mi. Tengo una vida de servicio, y en esa vida de servicio he aprendido que también es bueno y necesario que debo servirme a mi también.

De esto último, agradezco a ese ser humano que apareció y se fue, el haberme abierto la puerta que cerrada había o que no creí que se volvería a abrir. Evidentemente queda regusto, la miel está aún en mi corazón, que saboreo mientras en un lado de mi caminar me he sentado mirando hacia delante (para ver lo que me falta) y no de espaldas a lo recorrido (que no es que no quiera verlo, pero no necesito mirarlo constantemente).

Ahora me llaman MAESTRO, y el corazón se engrandece, por el honor, por la responsabilidad y sobretodo, por la humildad del que ostenta ese nombre: MAESTRO. Nombre que no rechazo, que acepto con humildad, con honor, con responsabilidad, con cariño y amor hacía aquél que así me reconoce en su vida.

Cambios y más cambios. Siempre adelante. Siempre aprendiendo… Y ahora además con la intención y deseo de realizar algo más: mi más anhelado deseo y sueño.

Ambas facetas deben conjugarse, y aprendiendo estoy. Nadie me dijo que iba a ser fácil, ni Yo mismo me lo he dicho, pues muchas limpiezas me quedan.

“No me resigno a dar la despedida a tal altivo y firme sentimiento que tanto impulso y luz diera a mi vida.”

En fin, amigos y amigas, hasta aquí llego hoy, mañana más. No prometo hacerlo mejor pero si que haga lo que haga lo haré de la mejor manera posible.

Un abrazo

TONI