miércoles, 6 de agosto de 2008

"Sashimi"... y la madre que lo parió

Hola amigos/as:
Estos días últimos vividos por mi persona han sido realmente intensos emocionalmente hablando. Os cuento, en primer lugar la visita esperada de mis mas mejores amigos (como en un anterior escrito anuncié), y por otro la llegada de Belén, la novia de mi ahijado José a pasar unos días aquí con él (amor en estado puro y lo demás son palabras que quedan en el aire y el viento acostumbra a llevárselas).
A visita de mis amigos siempre es de gran satisfacción en mi alma por lo que han sido, son y serán en mi vida. Cualquier acto que pueda devolverles es infinitamente inferior a lo que ellos a lo largo de los años me han demostrado, confiado y apoyado en cada acto realizado. En algunos no han estado de acuerdo, pero han apoyado mi manera de hacer las cosas y sobretodo las han entendido por vivir de cerca todo lo que me ha acontecido mientras he permanecido cerca de la familia. Evidentemente si no hubiese evolucionado correctamente no estarían conmigo pues el camino que me tenían no era el que mi alma deseaba. Creyeron y no me he fallado.
La visita de Belén viene precedida por una serie de actos rocambolescos. En primer lugar llegó casi de madrugada a Barcelona, y ahí a recogerla al aeropuerto. Pinchazo de rueda del coche en la autopista y no encuentro la llave de los “benditos” tornillos. Ella que lleva una camiseta roja “escote palabra de honor” (hay que ver lo puesto que estoy en esas cosas) espera fuera del coche la llegada de la grúa y evidentemente, a los camioneros que a esas horas intempestivas circulan no les pasa en alto: MOOOOOOOOCC suena el claxon del camión.
A dormir a Barcelona en casa, les dejo mi cama y yo al sofá. Me levanto temprano a que cambien las ruedas (también les tocaba el cambio) y subimos a la costa. La semana empieza bien y promete.
El lunes es día de despedidas, Belén regresa a casa y su novio que es mi ahijado nos invita a cenar a un restaurante de la elección de Belén: un asiático que el primo de José, que está por aquí trabajando conoce y la convence.
Cenamos tranquilamente, hubiese preferido un argentino con jugosa carne a la brasa antes que un asiático, pues no son santo de mi devoción. Una copa, futbolín y a la cama, bueno yo a la terraza ya que les vuelvo a ceder mi habitación (dónde he de verme).
Al día siguiente me levanto con el estómago alterado. Pero aguanto y los bajo al aeropuerto (8 de la mañana) con una parada a desayunar en casa de Arturo, dónde tomo la primera Coca Cola y primeros gases en forma de eructo BUUUUURP. Me encuentro fatal y empiezo a acordarme del “sashimi”, el “sushi y la madre que los parió. Menudo calzonazos de ahijado tengo, podía haberla convencido de ir al argentino. BUUUURP
Llegando al aeropuerto, al salir de una curva veo una gasolinera: aleluya. Paro y salgo escopeteado a por otra Coca Cola, más eructos y el primer pedo no líquido. Mi estómago libra una batalla. Estoy fatal, sudores fríos, gases y ardor de estómago. ¿Quién me manada a mi ir a un asiático?
Nos despedimos en el aeropuerto y regreso al Hostal. Que calor y que mal me encuentro. Llegamos, hago caja, recojo cuatro cosas y me voy a la cama. BUUUURP y PRRRRRRRRRRRRRRFFFFFFFF
Unas manzanas, dormir (14 horas) y un cuerpo prodigioso (una máquina perfecta) hacen que al día siguiente esté SSPM (Sano Sanote Puro Machote).
No se lo que es hacer nada por un hijo, pero por un ahijado (lo más parecido a un hijo que tengo), eso, eso si que lo se.
Un abrazo

TONI

1 comentario:

Anónimo dijo...

what happened to the other one?