lunes, 28 de diciembre de 2009

Tiempo de coser...

Hola amigos/as:

Me he dado cuenta que al escribir estoy mostrando mi mundo invisible, el que no se ve, aquel que me permite expresar lo que verdaderamente soy. Lo hago porqué en igualdad de condiciones con otros no puedo competir con el mundo visible: no voy a la moda, no juego al tenis, ni al golf, no tengo hijos, familia... Y es en ese mundo invisible dónde puedo materializar lo que soy y de esta manera mostrarlo.
Lo muestro porqué ese es mi anhelo, es mi sueño, es mi meta, es el sol de cada mañana y es lo que realmente deseo. Intento construir mi mundo visible desde el mundo invisible.
Ya se sabe, en lo invisible la perfección existe, en lo visible también, solo que las imperfecciones hay que saber analizarlas y reconvertirlas, y si no se puede hacer eso, es que tal vez, sean imperfectas, con lo cual, deberemos de aceptarlas tal cual.
Ser anónimo implica no tener grandes problemas en la vida, así que intentaremos ser anónimo para ver que pasa. Yo no soy nadie y no oso pensar que sé más que los demás. Yo no soy importante, mi trabajo es insignificante, lo que hago intento hacerlo de la manera más correcta posible y no desafío a nadie para poder vivir feliz. Me tomo en serio lo que me dicen y nunca me he reído de las opiniones de los demás, las valoro.
La suerte es saber mirar a los lados y ver dónde están mis amigos, porqué gracias a ellos escucho lo que tengo que oir realmente. Pensar dos veces antes de actuar y recordando siempre que nunca debo tomar una decisión al estar enojado, no prometer nada cuando esté feliz y no responder cuando esté triste... Y actuar sabiamente sin hacer daño a nadie.
Aunque sepa que tal vez haya perdido para siempre a la mujer que amo, tengo que esforzarme para vivir todas las gracias que me son concedidas hoy. La gracia no puede ser economizada. No hay un banco donde pueda depositarla para utilizarla de nuevo cuando esté en paz conmigo mismo. Si no disfruto de esas bendiciones o gracias o 1440 minutos que tiene un día, las perderé irremediablemente.
Dios, sabe que somos artistas de la vida. Un día nos da un martillo para esculpir, otro día pinceles y tinta para pintar un cuadro, o papel y lápiz para escribir. Pero nunca seré capaz de usar martillos en telas, ni pinceles en esculturas. Así que a pesar de ser difícil, tengo que aceptar las pequeñas gracias de hoy, que me parecen maldiciones porque sufro y el día es bonito, el sol brilla, llueve afuera. Solo así conseguiré salir de mi dolor y reconstruir mi vida.
Y después de todo, como decía aquel sabio persa, el amor es una enfermedad de la que nadie quiere librarse. El que ha sido atacado por ella no intenta restablecerse, y quien sufre no desea ser curado.
Un abrazo

TONI

1 comentario:

Anónimo dijo...

Hola Toni...acabo de leer tus tres últimos posts...y me he quedado de piedra.
Siento lo de tu abuelo, siento que hayas tenido que pasar por lo que habrás tenido que pasar...puedo imaginarlo, pero no saberlo.
En tu último post he leído algo queno me ha echo bni puta gracia...estoy libre de trabajo hasta el 11 de enero, quieres hacer un café?