miércoles, 2 de diciembre de 2009

¿No tiene más....?

Hola amigos/as:
Cada día sucede lo mismo. Vas al Supermercado, escoges tu compra y la distribuyes en un carrito que ahora tienen asas para que lo vayas arrastrando por el suelo (antes no, debías cargar con él y o comprabas de a poco o eras Hércules), y pasas por caja.

Entonces vuelves a reubicar todo lo que has ordenado en una especie de cinta transportadora, si es que no te ha tocado hacer cola, que esa es otra. Dependiendo de la hora a la que acudas, la cola es impresionante y encima los que esperan (desesperan) y empiezan con que si hay tanto paro, ya podrían contratar a alguien más… Y yo me pregunto: ¿Qué prisa tendrá ésta persona? No ha venido a hacer la compra, pues supongo que prisa no se debe de tener, estas cosas suceden y pasan.
Otros, en cambio, mientras hacen cola, te explican su vida o bien empiezan a sacar las cosas del carrito y suspiran. Miran a un lado y a otro (como si con esa actitud fuesen a solucionar algo), te miran, las miras desafiantes como diciéndole: no me mires que no me he puesto el maquillaje y tampoco me he afeitado ¿pasa algo?
Una vez llegas a la caja, pones todo lo que has ordenado en el carrito en la cinta transportadora. La cajera te mira con cara de hastío o bien te sonríe, normalmente las que sonríen deberían de cerrar la boca, pues o le faltan unos cuántos dientes, o los tienen todos de color, con lo que tampoco es agradable de ver. Y tú, con una mueca intentas disimular esa visión, que dependiendo de la hora a la que vayas a hacer tu compra, es mayor o menor el grado de desagradable.
Y no hablemos de la cajera con cara de hastío, te mira de arriba abajo, con ni tan siquiera un buenos días, buenas tardes, buenas noches, un hola... Vamos que el saludo no se le niega ni a un peroo, y ésta seguro que ve un perrito sacalenguas y se desvive en muecas y carantoñas. Vamos a ver, tampoco estoy diciendo que la cajera en cuestión me coja de la barbilla y empiece: "Uy que bonito es el caballero, y que pelo más rizado, que bonito...¿comes mucho? ¿eres muy travieso?" Lo único es que si no te gusta tu trabajo, tampoco se lo hagas pagar a los que vamos a hacer la compra, sonrie, no cuesta nada, fíjate en la desdentada de tu compañera, ella lo hace con total normalidad y naturalidad, o tal vez lo haga para espantar la clientela y así el supermercado se va a la quiebra y puestos a cerrar, pues eso, que cierre el supermercado de la esquina...
En fin, que ahí estas tú, con las cosas puestas en la cinta, eso si la que iba delante de ti no limita su territorio de compras poniendo una barra espaciadora, con lo que en cierto modo te obliga a hacer una especie de LEGO con salchichas, pan, yogures, huevos, fruta variada, detergente, pasta de dientes, pilas, laca, arroz, cereales, botellas de refersco enromes, latas varias, tostadas, y un largo etcétera de compras… Menos mal que tuve un TENTE, un LEGO, un castillo EXIN y cosas de esas que a los infantes de mi edad nos traían los Reyes Magos, puesto que hoy Papa Noel trae videojuegos y cosas varias que no incentivan la imaginación agrupadora y constructiva.
A lo que iba, estás ante la cajera y tú castillo de compras apunto de desmoronarse, ella va pasando una a una por una especie de maquina que lee el código de barras del producto escogido y automáticamente se marca en una especie de cuenta en la máquina registradora. A lo mejor se piensan que mientras selecciono los productos me voy anotando lo que valen en un papel y luego de realizar la compra repaso a observar si el precio era correcto o no.
Y llega el momento mágico, ese momento sublime, casi de éxtasis, que no es ni más ni menos que cuando te dicen el total. Entonces, sacas un billete, en el mejor de los casos, en otros sacas la tarjeta de crédito y es cuando, que casualidad, si va con CHIP la máquina no funciona, así que deja la compra, vete al banco y saca dinero.
Si por el contrario sacas un billete, la cajera siempre te dice lo mismo: ¿no tiene más pequeño? Y es ahí, estamos dónde quería estar: acaso te crees que si llevase un billete más pequeño me lo quedaría, y te entrego el billete que te entrego para pagar lo que me llevo, sólo porqué hoy al levantarme he decidido putearte entregándote el billete que te he entregado??????????????????
Porqué no nos olvidemos, si tu compra es inferior a 5 euros (el billete más pequeño que existe en moneda fraccionaria europea), entonces te dice que si no lo tienes suelto.
Y luego, una vez le dices que no, que no tienes más pequeño, que es lo único que tienes, la cajera abre la caja registradora y observas que tiene un montón de cambio. Y tiene casi tanto o más que una entidad financiera, con lo que encima te preguntas en silencio, porqué faltaría más que encima le dijeses: ¿pero si tiene un montón de cambio, que más le da?
Así que pones tu compra de nuevo ordenada en el cesto o carrito de la compra, porqué el tema bolsas de plástico, uno ya intenta ir con su bolsa de comprar, y sales por la puerta preguntándote porqué siempre te dicen lo mismo: no tiene más pequeño…
Y uno tiene una estatura, y claro, el lenguaje hablado no lleva comas, y yo podría interpretar de esas palabras dos cosas:
1.- ¿No tiene más?, pequeño: con lo que me está llamando pues eso: pequeño
2.- ¿No tiene más pequeño?: con lo que a lo mejor se cree que uno va al Supermercado a buscar cambio.

En fin, que eso es todo por hoy. Que cada cual tome sus conclusiones. Un abrazo


Un abrazo
TONI

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Buenísima conclusión final la de dónde poner la entonación Toni.
Un beso.

chaly vera dijo...

Concuerdo con Ingrid, magnifica conclusión en lo que no concuerdo es en el beso, yo te mando un saludo.
saludo