miércoles, 1 de abril de 2009

Triste aniversario...


“Parte Oficial de Guerra del Cuartel General del Generalísimo correspondiente al día de hoy, 1º de Abril de 1939 tercer Año Triunfal:
En el día de hoy, cautivo y desarmado el Ejército rojo, han alcanzado las Tropas Nacionales, sus últimos objetivos militares. La guerra ha TERMINADO.
Burgos 1º de Abril de 1939 Año de la Victoria.
El Generalísimo Franco”


Hola amigos/as:
Hoy se cumplen setenta (70) años de la mayor matanza entre hermanos que se conoce en la Historia de ésta tierra que habitamos, que es España y a la que incluyo todas y cada una de las Comunidades Autónomas que la conforman. El parte, triste parte y abominable, fue el único que firmó el enano de bigotito (que mala leche tienen todos los enanos de bigotito) puesto que era el único que le daba el triunfo sobre el asesinato de su hermanos.
Ese día la guerra acabó pero empezó otra que dura desde entonces, pues aunque el Generalísimo ya no está con nosotros (por suerte) y próximamente hará treinta años de su desaparición, aún colean rencillas y otros recuerdos que impiden una convivencia sin resentimientos. La única manera de avanzar, precisamente no es ir mirando atrás, pues seguramente no verás el obstáculo y tropezarás en él.
La clase política sabe como utilizar al pueblo para entretenernos con desgracias del pasado para que ellos sigan haciendo NADA y en vez de intentar limar asperezas y trabajar para una mejor sociedad y desarrollo de todos, pues eso, nos entretienen con odios, rencores y viejos fantasmas.
Para mí es correcta la Ley de la Memoria Histórica, y siguiendo máximas romanas: al César lo que es del César. En este caso, retornar los papeles de Salamanca, el que cada fallecido por defender una postura que encontrase lógica a su entender y aquel que lo ejecutó no, pues sea enterrado dónde debería de ser enterrado. O tal vez, mejor dejar las cosas como están, la mierda cuánto más se remueve, más peste hace.
Se haga lo que se haga me parece correcto, lo que ya no me parece tan correcto es que cada dos por tres (seis), estén esos políticos de marras (de una u otra tendencia política) acrecentando temores, envidias y rencores. Así no se lleva a un país hacia delante. Así no se lleva nada bien.
Hoy, que casualidad o causalidad del destino, resulta que los líderes mundiales (entre los que se encuentra el de la 8ª potencia mundial que es España) se reúnen en Londres para intentar encontrar una solución real y eficaz ante la grave crisis que nos está azotando.
En un mundo dónde las misiones de paz son guerras encubiertas de socios antes los que combatían en un mismo bando eran aliados, pero antes era guerra ahora es misión de paz, vaya juegos de palabras, resulta que se reúnen para entre todos salir adelante y prenden entre otras medidas, que los bancos a los que hacen culpables, pues es más fácil buscar un chivo expiatorio antes que decir que la propia avaricia es la que nos ha llevado a ello. Esto es como la excusa de que “yo no quería, él me indujo…”
En fin, que hoy es un día para dejar atrás muchas cosas del pasado que aunque dolorosas, no se puede vivir siempre con odio, eso no es sano ni bueno. Los errores del pasado no deberían de lastrar el futuro de las nuevas generaciones, con ello quiero decir, que muchas veces ese odio se pasa de padres a hijos consciente o inconscientemente. Una sociedad de progreso, debería de saber curar sus heridas sin crear otras de nuevas ni alimentar de nuevas. Cerrar es cerrar, lo que no quiere decir olvidar.
Sólo una sociedad dispuesta a crecer debe de saber limpiarse su propia mierda (y eso que en aquella guerra fraticida intervinieron fuerzas externas de ambos lados). Por ello a veces cuando veo padres que inculcan su amor por algo a sus hijos sin que ellos puedan escoger, simplemente siguiendo una tradición familiar, es normal que se inculque el odio como tradición familiar que el amor, es más fácil, pues es más sencillo.
El amor conlleva esfuerzo y sus raíces son largas, profundas y amarga es la espera. Ahora el fruto es de un sabor inigualable y perdura más en nuestro subconsciente, lo que nos otorga una mejor calidad de vida.
Hasta aquí llego hoy. Mañana más, lo que no puedo prometer es que lo haga mejor.
Un abrazo
TONI

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