viernes, 26 de septiembre de 2008

White Dinner Party...


Hola amigos/as:
Dicen que uno recuerda siempre (y vuelve) a los lugares en dónde amo a la vida. Supongo, espero y deseo, a vista de lo sucedido, que el Hostal del Sol sea uno de esos lugares, pues lo acontecido el pasado sábado 20 de Septiembre del corriente año de 2008, bien se lo ha merecido.
Retrocediendo en el tiempo, pero no mucho, pues era un fin de semana del mes de Julio cuando desde la terraza de mi apartamento situado en primera línea de playa, mientras comía divisé cerca del mar a un grupo de personas y entre todas ellas, sobresalía el incomparable e inclasificable JL Aguilar (foto ilustrativa de lo Santo que puede llegar a ser).
Una vez terminé de comer me acerqué a saludarlo y no estaba solo (estaba de parranda), estaba con un grupo de amigos amantes de las dos ruedas que muelen y hacen exquisito café mientras ruedan, es decir, de las Harley Davidson. Evidentemente se alegró de verme y después de las oportunas presentaciones de sus amigos, fueron a comer a un restaurante. Le propuse que antes de regresar a Barcelona, se pasase por el Hostal y así conocería de primera mano, él y sus amigos, el precioso, bello e idílico lugar de mi trabajo.
Dicho y hecho. Por la tarde se acercaron y evidentemente quedaron maravillados. Y como es habitual en él, propuso la organización de una fiesta a final de temporada para todos aquellos que realmente quisieran venir. En esa tarde se creó la “White Dinner Party de Harley Davidson” (para ti Salva: uait diner party de jarley davison).
La propuesta era llegada, alojamiento, siesta, cena, baile y desayuno. Al menos esa era mi parte del trato, la ruta de llegada y de regreso corría a cargo de JL (Dios los coja confesados en su santo pecho).
Y el día llegó. Evidentemente aquellos que viajan siguiendo el GPS, pierden y carecen del bello sentido de la orientación y del placer de viajar oliendo el viento y guiándose por la lógica intuición, pero como ese aparato ha aparecido con fuerza en nuestra sociedad, el sentido de la orientación se pierde, y si ya de por sí hacemos funcionar poco nuestro descerebrado cerebro, siguiendo rutas con esa máquina endemoniada, queda totalmente paralizado y, lo que es peor, viajar siempre debe de poseer algo romántico en su acto.
Llegaron al Hostal tibios y con ganas de fiesta. Evidentemente desconocen la capacidad que puedo llegar a ejercer en el desarrollo de una buena fiesta y ahí empezaron con el cava, los bailes y que sobretodo no les falte de nada. Y no les faltó de nada.
En el momento de la cena, todos y sobretodo ellas, pues en principio y final esta fiesta estaba pensada para que las bellas damas que acompañan en los viajes, puedan lucir en todo su esplendor sus finas y delicadas curvas, vamos que era una fiesta para ellas pero contando con nosotros, los hombres (viva la igualdad).
La alegría de la tarde ya estaba, todos presagiaban una noche de recordatorio en el hipotálamo para los restos. JL ya hacía tiempo que había dejado de ser considerado persona humana física (por favor que no te incineren pues tu velatorio durará semanas antes de que tu hígado queme el alcohol ingerido). La cena constó de: aperitivo y entrante (fuet, aceitunas de la comarca, pan con tomate, gambas cocidas al estilo de Huelva, mejillones de Roca al Vapor), seguido de un “Suquet” de Sepia con Calamares y Cazón, para culminar con una Crema Catalana con Helado de Turrón y Chocolate caliente. La cena fue regada con caldos blancos del Penedés y Sangría especialmente creada por mi persona
Después de la frugal cena, llegó el café, las copas y el baile. JL hablaba para esos momentos una lengua romance (pues entre otras cosas quería a todo el mundo). Todos bailaban en l jardín, reían y parecía que se lo estaban pasando bien. Pero llegó el momento del baño nocturno, y todos excepto uno acabaron chapoteando en el agua de la piscina: baño nocturno con una piscina iluminada, luz de luna en el firmamento y sintiendo a borbotones la vida..


Entonces fue cuando entre los efluvios del alcohol, el lagrimeo de los ojos por la risa creada, cuando algunos creyeron ver al mismísimo Lama Pau (los desdoblamientos de personalidad en noches así suelen suceder).
Y todo llega al final, algunos se retiran a sus aposentos, otros quedan hablando y JL que hace tiempo está en otra dimensión de la galaxia, simplemente se balancea.
Amanece y con los rayos del sol, empiezan a bajar a desayunar. Algunos llegan con retraso, pero no hay problema, unos hablan en el jardín y amablemente les ofrezco un desayuno con Nocilla, a la que ellas no se resisten (foto de Lupe chupándose el dedo). Y de ahí, una vez saldada la cuenta, encienden los motores de sus cabalgaduras y regresan a Barcelona. JL empieza a parecerse a una persona con una falta de memoria y todos le dicen cosas, cosas estás que él evidentemente no recuerda, pero tranquilo, estuviste en esa fiesta y formaste parte de ella.
Supongo que al regresar, todos recordarán ese día y esa noche, pues si no me equivoco, el genuino sabor de la vida, aparece entre otras cosas, cuando te sientes parte fundamental de un momento, rodeado de seres que hacen que la vida sea simplemente bella. Gracias…
Un abrazo

TONI

1 comentario:

Anónimo dijo...

genial, sencillamente genial, esta de coña, y fué una noche de cojones, ya he dicho que has escito en tu blog, a ver si te visitan y escriben, hasta pronto, el mes que viene es el rally de costa vasca
es caro pero arec que será para sibaritas-
un barazo
José Luis (J.L.)