jueves, 4 de septiembre de 2008

José "mi ahijado", cumple días...


Hola amigos/as:
Corría el año de nuestro señor de 1989 DC, en el día 4 de Septiembre, es decir hace aproximadamente, bueno aproximadamente no, hace hoy diecinueve años que después de los dolores (de parto de su madre) nació y llegó a este, nuestro mundo, José Manuel Martín Muñoz, alias “mi ahijado”.
Por aquel entonces yo era más joven en años, igual que sus padres, José Antonio y María, alias “Mari”; y evidentemente más inexperto que ellos en el arte de criar. Y sigo siendo aunque más mayor en años y en experiencia, un auténtico inexperto en el arte de criar niños. Pero que padre o mejor dicho, ¿que niño viene con un manual de instrucciones en el fardo de la cigüeña?
El transcurrir de los años ha hecho que se haya convertido en un hombre, pues lo es, por lo menos mayor de edad según la Constitución de 1978. Y aunque este verano la vida me ha premiado con su compañía, cada vez que lo miraba, me acordaba de ese niño que una vez tuve en mis brazos, y que emulando ese viejo dicho, en el momento que un niño te coge de la mano te tiene sujeto de por vida, él me tiene sujeto desde ese día.
Desde entonces, debido a que vive en Herrera, pueblo de expertos herreros (de ahí el nombre de Herrera, que no se comieron mucho la cabeza a la hora de buscar un nombre para el pueblo, todo haya que decirlo) y de la provincia de Sevilla (antigua Hispalis para los romanos), Comunidad Autónoma de Andalucía, del reino de España perteneciente a la Comunidad Europea del planeta Tierra; mis visitas a ese entrañable y fantástico pueblo se han ido sucediendo como mínimo una vez cada año. Eso sí, nunca coincidiendo con su cumpleaños, menudo padrino estoy hecho.
Una de las veces que estuve, con una palangana y unas pistolas de agua, pasamos una tarde memorable hasta que apareció la madre que lo parió del brazo de su esposo, y me dijo lo que no está escrito (fue ella pues él se mordía los puños puesto que su papel de padre y su conciencia le impedía hacer ese tipo de juegos, debía ser recto) por el jolgorio montado en la terraza, fue de órdago. Siempre que he estado con él he intentado ejercer de padrino, jugar todo lo que se me ha permitido y lo que me ha dado la gana.
Recuerdo también una visita que me hicieron a Barcelona, puesto que su hermano menor Jesús (Dios lo siga conservando en su Divina Gloria) necesitaba que unos médicos le visitarán. Como la visita se preveía larga, sus padres (inconscientes ellos) me dijeron si estaba preparado para estar toda una tarde con él. Evidentemente que lo estaba, no tenía ni la más remota idea, así que le propuse hacer todo lo que él quería. Fuimos a pasear por las Ramblas (con paradita de pipí en medio), a lo alto de la estatuta de Colón (como se movía y que mareo), al Aquarium (que de peces) y al cine. Desde entonces esa película cada vez que la emiten en televisión, para mí siempre será: “OPERACIÓN FILIFANTE”…
Podría estar contando mil y una anécdotas de la vida y milagros de mi ahijado, aunque lo mejor ha sido poder vivirlas en primera persona y aprender de él, mejor, seguir aprendiendo de él para poder seguir enseñándole que la vida es eso, un agradable paseo dónde de vez en cuando, surgen incómodas piedras que debes sortear sin prestarles demasiada atención, pues aunque ellas reclamen atención, son simplemente eso: incómodas piedras del camino que debemos sortear sin prestar atención, tenerlas en cuenta si, pero sin prestarles atención.
Disfruta y Felicidades. Ah, se me olvidaba, gracias por los días vividos…
Un abrazo

TONI

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