Hola amigos/as:
Permitidme que os escriba un cuento que leí el otro día de en un libro prestado por casualidad o causalidad. Parece ser que es un cuento o historia de origen judío, aunque he de reconocer que la primera vez que lo oí fue por boca de mi Maestro, alguna vez me lo ha explicado, pues en parte, muchas de las enseñanzas de un buen Maestro se basan en explicar pequeñas historias o cuentos para ayudarte en tu camino. También me la contó un rabino en la visita que hice a Jerusalem el pasado Noviembre de 2007 mientras tomaba tranquila y plácidamente un refresco en una terraza con vistas al Muro de las Lamentaciones (pared del antiguo Templo de Salomón). Rabino que conocí dentro del perímetro del muro y que recordaré siempre por la agradable conversación.
El cuento se titula “Los dos ratones y el jarro de leche”, y es el siguiente:
“Dos ratoncitos cayeron dentro de un jarro de leche. Al ser el borde del jarro demasiado alto, quedaron atrapados en el recipiente y se pusieron a nadar frenéticamente so pena de hundirse. Llevaban agitándose así desde hacía un buen rato cuando uno de los dos perdió la esperanza y abandonó la lucha. El otro, extenuado, decidió seguir luchando hasta el límite extremo de sus fuerzas. Nadó y nadó sin descanso. De repente, la leche se convirtió en mantequilla y, apoyándose sobre esta nueva materia, el ratoncillo saltó por encima del borde del jarro de leche y escapó salvando así su vida”.
La moraleja o la enseñanza es no perder y mantener siempre la esperanza, luchar sin rendirse por lo que uno mas quiere, hasta el último segundo, sólo así serás libre (y feliz). Aunque la elección es de cada uno, yo elegí por seguir nadando, ¿y tú?
Un abrazo
TONI
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