jueves, 7 de enero de 2010

Tiempo de... Agua caliente.

Hola amigos/as:
Después de haber pasado la noche más mágica del año, aquella en que los sueños pueden hacerse realidad tanto para adultos como para niños, pues todos y todas siempre tenemos sueños, algunos se cumplen y otros no, pero supongo que con la fuerza y creencia que tengas en ellos se consiguen o no, depende de que realmente quieras que tú sueño se haga realidad o no, así será.
Pues como decía, pasada esa noche mágica del año, que para mí lo son todas sin excepción, pero algunas tienen esas connotaciones por la educación recibida, en las que tal vez prestemos un poco más de atención, la tan ansiada paz que necesitaba empieza a llegar.
Y es así, bajar hasta dónde he bajado para volver a subir, el año no acabó de la mejor manera, vamos que si me dicen que iba a concluir así, no me lo creo. Pero la vida a veces nos sorprende con un golpe inesperado, o dos o tres golpes y en este caso, casi consigue dejarme KO.
Como decía al principio, esa noche mágica ha dejado momentos imborrables en mi vida, esa noche algo me llegó, algo me cambió, algo nuevo ha empezado y es interesante conocerlo.
Pasear bajo la lluvia, o bajo el frío siempre es un buen momento para encontrarse con uno mismo, y eso es lo que he hecho. Reconozco que el pasear con Blanquita también es un momento de encontrarse y ahora empiezo a pensar en que debo regresar y las condiciones climáticas son igual o peores en las que baje. El temporal ha dado una pequeña tregua, pero este país es tan lento arreglando los desastres, que ahora me toca regresar y andar sobre lo destrozado. Pero bueno, eso es comentario de otro artículo.
Los días que he estado encerrado por un deterioro de mi salud me ha dado la oportunidad de escribir mucho, de leer, y de releer lo que en días anteriores había escrito. Hay artículos que esperan ver la luz, pero aún no ha llegado ese momento, supongo que llegará, mientras, estoy aquí, sentado delante del ordenador después de un paseo por el campo, lloviendo y empapado.
Totalmente desconectado de lo que acontece en el mundo me he permitido el extraño lujo de quedarme solo, de no desear saber, de que sabré lo que desee saber cuando llegue, de ponerme al día de que ha pasado todo este tiempo... Ese silencio me ha permitido estar en paz, de relajarme, de recuperar fuerzas y de buscar dentro de mí.
A modo de conclusión deciros que he descubierto cosas que antes no me gustaban o no disfrutaba de ellos, por ejemplo, una buena ducha de agua caliente. Es un placer que desconocía, el estar debajo del chorro de agua caliente deslizando de la cabeza a los pies, esa sensación de paz, de relax, de tranquilidad que produce mientras estás debajo es algo que desconocía y que prometo hacer más a menudo. Yo soy de los que se duchan con agua fría, y esta vez, el cristal del baño estaba empapado de vapor de agua caliente.
Salir de la ducha y ver el espejo lleno de vapor de agua, la primera vez me sorprendió, la seguna menos y la tercera, buscaba la neblina que hay en el cuarto de baño después de correr la cortina. Lo mejor, como salía de esa ducha, después el paseo y la lectura.
Momentos nuevos que me parecen maravillosos.
En fín, hasta aquí llego hoy, mañana más, lo que no prometo es hacerlo mejor, pues me resulta del todo imposible pero si que lo intentaré.
Un abrazo
TONI

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