viernes, 15 de enero de 2010

Aprendiendo de nuevo...

Hola amigos/as:
Ayer hizo un año y cinco días que Mi Maestro falleció. Algunos y algunos de sus Alumnos/as, decidimos hace unos meses atrás elaborar un libro personal e intransferible sobre lo que él nos aportó.
Ese libro refleja sentimientos, expresiones, vivencias, sentimientos, transmisiones, sensaciones, agradecimientos... Refleja un sentir de sus Alumnos, de los que él siempre se sentía orgulloso (decía que tenía los mejores Alumnos que se podían tener), pues todos y todas los que nos formamos o le llegamos a conocer, con esfuerzo supo sacar algo siempre de nosotros: lo malo para dejar prevalecer lo bueno, actuar de corazón. Es un libro como he dicho, único e irrpetible. Ayer, mientras lo leía, llegó a emocionarme. Ocupa un lugar en mi librería, al lado del que él escribió en su día. Algo maravilloso es ese libro.
Ayer fue un día especial, bajo un estricto silencio se preparó ese acto emotivo para que su hijo y su viuda no supiesen nada. Han sido unos meses de cuidada elaboración, no podía dejarse nada al azar.
Llegado el momento, interrumpí la clase como categoría especial de la Escuela, hice pasar a ex alumnos que han colaborado en la elaboración de ese libro. Rompí el ritual sólo por un día, por una clase, por un ser humano tan especial que me enseñó tantas cosas, una de ellas a ser bueno, a no ser malo, a ser honesto, a tener honor, a tener esos valores que a veces me confunden tanto, a que el movimiento se demuestra andando, que las palabras se las lleva el viento, a… En fin, a ser Toni ante cualquier circunstancia.
Aprendí a saber comprender mis equivocaciones (se saluda y ya está), a ser humilde (no a que me humillen), a que haga lo que haga lo primero es hacerlo desde el corazón, a que no sirve de nada derrotar a alguien más débil (sepas elegir a tú enemigo), a que lo importante de una derrota está en saber lo bueno que sacas de ella, a pensar, a sentir, a alejarme cuando no vea algo claro y en la tranquilidad, decidir entonces qué, cómo, cuándo y dónde, a…
Fue un día intenso en cuánto a recuerdos y emociones. Todo lo que hice y dije estaba guiado desde el corazón. Las palabras dichas, los gestos… TODO fue corazón en estado puro.
De Mi Maestro aprendí:
- Practicar no es para enfrentarse, si no para seguir perfeccionando como ser humano.
- En la práctica encuentras humildad para seguir aprendiendo, NUNCA se deja de aprender.
- No te arrepientas de lo que has hecho jamás, lo hiciste por algo bueno si lo hiciste de corazón.
- Si atacas nunca alcanzarás nada.
- El mundo está hecho de cosas buenas y malas, de ambas debes de aprender y luego decides como actuar.
- Cuando tengas dudas, quédate en silencio. Sólo así podrás realmente escucharte.
Nunca dejaré de agradecerle todo lo que me enseñó, no en vano ya he comentado varias veces, que lo más parecido a un padre que he tenido en esta vida, ha sido él (con toda su dureza y sequedad, pero al mismo tiempo un Universo de paz, comprensión y cariño)
Y llegado el momento, en dónde tenía bien claro que tal vez como hotelero o empresario había llegado a un punto final, ahora emergen dudas que debo disipar. Evidentemente que deseo vender el Hotel, luego una vez vendido decidiré entonces que hacer: las opciones son o pueden ser varias, una de ellas podría ser abrir una Escuela y enseñar lo que he aprendido y lo que me quede por aprender, puesto que de los Alumnos es de dónde un Maestro obtiene su ciencia (entiendo el Arte Marcial más como Ciencia que como Deporte o tan siquiera como Arte); la otra podría ser bien un pequeño Hotel con cierto encanto (o lo tiene o se lo doy) quedando por decidir dónde… Pero vamos, que algo seguro hago.
Antes deben darse ciertas situaciones y mientras no se den, seguiré moviéndome. Pues eso, que ayer fue un día especial, muy especial y quería compartirlo.
Hasta aquí llego hoy, mañana más, lo que no puedo prometer es que lo haga mejor pero que haga lo que haga, lo haré de la mejor manera que sepa.
Un abrazo

TONI

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Toni:
Tus palabras sinceras y profundas llenaron ese Dojo y a los que con tu permiso nos dejaste estar.
La primera vez que te vi, pensé que eras un prepotente, al conocerte me he dado cuenta (como muchos) de que esa primera impresión nada tiene que ver con quien realmente eres: recto si, duro si, exigente si, seco en tus palabras SI (sabes decir lo que debemos escuchar), atento si, dulce si, exigente mucho (contigo mas que con nadie). Transmites mucha serenidad (recuerdo una vez que supiste calmar mi ansiedad con dos movimientos, dos frases sinceras y duras que nunca olvidaré).
No dices lo que se quiere oir, dices lo que debemos escuchar. Gracias a ti (y al Maestro, que buen trabajo hizo contigo) entiendo el significado NO MENTIR y SEAS BUENO, pase lo que pase.
Una vez más, gracias Sr. González, espero verle pronto en el Dojo para que me haga sudar, pensar y sentir.

Anónimo dijo...

Sr. González:
No sabía si escribirle o no, pero debe usted saberlo, su autoexigencia y rectitud le hacen admirable. No sabe cuánto le agradezco haberle conocido y aprendido lo que me ha enseñado, en pocas palabras siempre pero directas al pensamiento y al sentimiento. Gracias