miércoles, 10 de febrero de 2010

Pasos...

Hola amigos/as:
Llevo varios días recibiendo llamadas y mensajes de alguien desconocido (dicen por ahí que un desconocido es un amigo al que aún no conoces). En las llamadas hay silencio, en los mensajes contenido interesante, pero no es contrastado. Dada la situación, lo mejor es esperar. No es la primera vez que un desconocido se pone en contacto conmigo de manera poco habitual, lo que me fastidia es la ocultación no ya del número, puesto que es visible, sino el no querer dar la cara, pero si él o ella lo prefiere así, yo lo respeto aunque no lo comparto.
No sirve de nada (o si) hacer eso, sólo es información en forma de mensajes cortos con cierta información bien o malintencionada. Y vuelvo al juicio de que los demás, por el motivo que sea, bajo el enigma de querer lo mejor para ti (siempre según ellos o ellas), te dicen o aconsejan lo que para ellos o ellas son incapaces de aplicar, aunque no siempre, puesto que hay excepciones, solo debes saber ver quién te aconseja observando su movimiento.
El hecho en si no tiene o carece de importancia, son las formas las que en cierta medida no comparto ni entiendo. Pero hasta aquí toco el tema.
El otro día iba caminando por la calle, puesto que por las nubes aún no puedo levitar, más en concreto por la Zona Universitaria y en eso que escucho a dos futuras promesas que uno le dice al otro que está más pobre que Haiti y que por eso no puede irse de fiesta. En esos momentos algo me hirvió la sangre, pues Haiti no está pobre, está devastado (a punto de decirselo estuve). La verdad, escuchar y a veces leer que universitarios a los que se les suponen estudios varios, incluidos los de gramática, escriban y digan semejantes memeces te da que pensar, pero en fin, eso es lo que a muchos hoy en día les interesa, aunque vayan camuflados de solidarios...
Desde el pasado viernes, momento en el cual recuperé un sentimiento acallado por mí, suceden las situaciones y vivencias despacio pero sin pausa. Dicen por ahí que tanto tienes, tanto vales. Y si yo solo tengo amor, ¿qué es lo que valgo o puedo valer entonces? Parece ser que en esta sociedad NADA, pero seguro que para alguien eso es mucho más de lo que se puede esperar y... recibir.
Hay momentos en la vida en que uno puede perder la cabeza pero no el sombrero, ya que este último se inventó para no perder las buenas costumbres y las buenas ideas, es decir, la verdadera esencia de cada uno de nosotros o nosotras. Y por suerte, el sombrero no lo llegué a perder.
Este sombrero del que hablo es no visible, aunque existe ese sombrero visible que se lleva puesto por el sentido que quiera darle el que lo lleva, aunque yo no me estaba refiriendo a una mera cuestión estética, que supongo me habréis entendido.
A lo que iba, conozco (por suerte o desgracia) varias formas de vivir, y al final he decidido la que recientemente tanto deseaba y encontré. Esa es la que me quedo, no voy a ser más complicado que una flor y se que mientras tenga fuerte la raíz, mi propio llanto regará mi corazón. Hace un tiempo escribí que era mejor estar preparado y que no sucediese que no estar preparado y que sucediese, entonces y ahora me reafirmo, en que si, que estaba preparado y que lo estoy (con quién, no lo sé... pero sucederá)). Es tan frecuente como extraño, que algo que no puede hacerte daño tampoco podrá hacerte feliz.
Seguiré mirando al cielo mientras paseo, esa inmensidad que se alza sobre mi cabeza y abarca más allá de lo que mi vista puede otear, realmente es espectacular. Pasito a pasito, buscando el equilibrio y dejándome llevar por la incertidumbre.
Es una bonita forma de vivir, pasito a pasito, poco a poco, cada día uno más y nunca uno menos. El camino esta ahí, justo enfrente y aunque empiezo cojeando (cada vez menos), solo he de seguirlo parándome a escuchar y contemplar cuando sea oportuno.
En fin amigos y amigas, hoy llego hasta aquí. Mañana más, lo que no puedo prometer es hacerlo mejor pero si que haga lo que haga lo haré de la mejor manera que sepa.
Un abrazo

TONI

No hay comentarios: