martes, 30 de diciembre de 2008

Papá No é... y Mama tampoco

Hola amigos/as:
En estos días pasados todos hemos celebrado algo: algunos reuniones familiares por aquello de que llega la Navidad y tradición obliga a estar sentados una vez al año juntos; otros no celebran nada, tal vez porqué nada tengan que celebrar y algunos celebran la Navidad (cumpleaños del Hijo de Dios hecho Hombre en la Tierra) y la llegada de Papa Noel o Santa Claus o…


Centrándonos en Papa Noel, un anciano (hombre) con chaqueta y pantalón rojo de felpa, de larga barba blanca que cruza el abdomen y frunce el ceño. Su edad es de unos 200 años y vive en tierras frías, mas exacto en Laponia (Finlandia), al otro lado del círculo Polar Ártico, cerca de la frontera con Rusia y en un lugar llamado Korvatunturi, que en lapón – que no es un escupitajo grande, sino un idioma – significa la montaña de la oreja, la que todo lo oye (así que niños pórtense bien que él siempre está atento). Aunque es corriente verlo en la ciudad de Rovaniemi (Laponia) el resto del año.
En ésta ciudad se encuentra la Oficina de Correos de Santa Claus, abierta en 1984 y dónde durante el año no para de recibir cartas, aunque cuando llegan estas fechas la avalancha se dispara.
La existencia de Papá Noel o Santa Claus se remonta en la historia de los tiempos y emerge en algún lugar de Asia Menor. Nace a partir de la leyenda del obispo San Nicolás, benefactor de la infancia (la que yo he celebrado por mi origen belga). Nacido en Licea (Turquía) por el año 280, en el seno de una familia rica era un hombre generoso. Siendo niño quedó huérfano, regaló los bienes e ingresó en el monasterio de Sión (que curioso, los que persiguen el Santo Grial – Priorato de Sión -) y con 19 años fuer ordenado sacerdote siendo conocido como el “niño obispo”.
Muchas fábulas rodean su vida y todas siempre en ayuda de niños (desde salvar regalando la dote de tres hermanas hasta descubrir a un asesino de niños). Los marineros holandeses le dieron fama en Europa exportando sus andanzas y nombrándolo su patrón.
La fecha en que se celebra San Nicolás, que casualidad o causalidad, coincide con el nacimiento de nuestra amiga Sonia (la que le daba collejas a la Ministra de Defensa Carmen Chacón), el 6 de Diciembre y se representa con un profesor de las escuelas convencionales disfrazado de obispo dónde premia a los niños buenos y castiga a los malos (en Holanda y Bélgica se rememora tal cual).
El paso del tiempo lo transforma todo y San Nicolás pasa a ser Sinterklaas y marchó a hacer las Américas en un buque holandés (recordemos que la actual Manhattan, en 1621 era Nueva Holanda), en dónde hubo varias transformaciones hasta la actual, que data de 1931.
Una vez llegado a América, se le representaba como un holandés corriente que llevaba los regalos a los hogares a lomo de un caballo volador y dejaba caer los presentes por el hueco de la chimenea. En 1824 se le describe (primer cambio de imagen) como un elfo de barba blanca, pequeño y risueño que, montado en un trineo llevado por ocho renos surcaba los cielos de los hogares en la víspera de Navidad y no el 6 de Diciembre, medida ésta influida por la contrarreforma europea de coincidir la llegada del Niño Jesús en un personaje que también traía regalos el día de su nacimiento, que por cierto, ésta tradición sigue vigente en algunos países.
En las navidades de 1862 a 1886 es cuando se le da el verdadero cambio de imagen: de enano barbudo pasa a ser gigante barrigón adquiriendo el cinturón de gran hebilla, la casaca rojo intenso igual que las bayas que pueblan los bosques polares (lugar dónde fijaron su residencia). Santa Claus se había convertido en un símbolo nuevo para un país que estaba naciendo.
Gracias a Coca Cola y a uno de sus dibujantes, desde 1931 permanece inalterable, es desde entonces una figura desligada de cualquier religión, teniendo éxito haya dónde vaya.
Su residencia actual fue fijada en 1923 gracias a un locutor de radio en la emisión de un programa infantil.
En Finlandia se le sigue llamando Joulupukki, que significa “cabra de Navidad”, conservando el nombre de una figura de tradición pagana y aterradora que entraba en los hogares durante el solsticio de invierno. De ahí que en Finlandia Santa Claus actúe a media tarde, llamando a la puerta y preguntando si hay niños buenos en la casa, entregando sus regalos y marchándose a continuación en su trineo sin surcar los cielos.
Cada país explica la leyenda como le conviene y tal vez, solo tal vez, después de ésta lectura cuando vuestros hijos os pidan que le expliquéis quién es Santa Claus o Papá Noel, podías añadir a la leyenda algo de vuestra propia cosecha que lo haga más grande y entrañable. O por el contrario, es más fácil que un anciano (que dignifica a los abuelos) entre dando regalos que un niño recién nacido lo haga. Imaginaos ahora a los diferentes Papa Noeles que acuden a vuestros hogares que lo hiciesen en pañales y con voz de dulce y tierno infante; las risas seguirían siendo la tónica festiva de esa tarde/noche de sueño, ilusión y magia.
Un abrazo
TONI

1 comentario:

Anónimo dijo...

FELIZ AÑO, MELON.
josé luis