martes, 27 de mayo de 2008

Triangulando... (Arenys - Villalpando)



Hola amigos/as:

Hace cosa de un año y medio, en un Touring Ride por el Norte de España, Arturo y yo, decidimos que ante el nuevo reto que Harley Davidson planteaba realizar por España, haríamos la tercera etapa (Vigo – Sevilla por Lusitania), puesto que en principio, era la que mas nos ponía y mas nos gustaba. De todas maneras, los tourings rides realizados anteriormente, nos paseaban por prácticamente los mismos lugares.
Antes de partir, la moto de Arturo nos dio un pequeño susto, nada que un buen mecánico no pudiera solucionar, y más si ese mecánico es un entendedor del sentimiento que conlleva tener como compañera de viaje un hierro tan bonito.
Total, que un martes como hoy salíamos de Arenys de Mar rumbo a Villalpando (si el pueblo de los cojones del cura, o como dice esa canción del mundo del rugby: “las mozas de Villalpando tienen el chocho pelón, pues bajan de la Era al restregón”), con el sentimiento escondido pero a flor de piel de reencontrarnos con los amigos de Murcia y con un tal José Luís de Barcelona (al que conocimos en el Tour del Norte de España), que llevaba un día por ahí esperando nuestra llegada.
Como todo buen viaje, meses antes preparamos por dónde íbamos a ir. El GPS de Arturo nos daba una ruta rápida pero que realmente resultaría aburrida del todo, pues nos llevaba por autovías. Le propuse el ir hasta Villalpando en línea recta, a ambos nos pareció interesante, más bonita y sobretodo, ver paisajes para unirnos a él, como solo los motoristas saben unirse a un paisaje.
Viajar en moto, supone unirse a la naturaleza, quiero decir, cada centímetro que recorres, sientes la naturaleza, si hay una nube que oculta el sol, la sientes; si hace sol, lo sientes; si llueve, evidentemente la sientes en forma de perdigonadas… Pero es otro concepto de viaje.
La ruta elegida fue: Lleida – Zaragoza – Soria – Aranda de Duero – Valladolid – Medina de Rioseco – Villalpando: 790km de Nacional y carretera secundaria.
Como bien decía mas arriba, la ilusión por reencontrarte con viejos (por edad) amigos (pues en realidad en el corazón fue ayer la última vez que los sentí) para reír, abrazarte y ver los nuevos trozos de hierro adquiridos o las transformaciones realizadas, hace que el estómago se te ponga un nudo que hasta que no llegas y los ves, con prudencia avanzas hasta llegar al destino.
Por el camino un paisaje de primera, siempre mirando al cielo pues amenazaba lluvia por el centro y oeste de la Península, así que hasta pasar Soria, disfrutamos como dos enanos (pues muy altos los dos no somos, me refiero a Arturo y al que escribe).
Llegando, la ley del puñetero Murphy se cumple. Empieza a diluviar, paramos, nos cambiamos en una vieja parada de autobús y cuando salimos, luce un sol maravilloso. Decidimos seguir con la ropa de lluvia por si acaso, pero ella decide no volver a aparecer.
Llegamos a Villalpando, una posada preciosa en un entrono bucólico (Los Condestables), salimos a hacer fotos, conocer el pueblo, nos confunden con dos agentes del Patrimonio de la Junta y nos encontramos con el tal José Luís que había entablado amistad con unos del pueblo, tomamos unos cuántos Brugal con Coca Cola mientras conversábamos.
Al regresar a la posada, los de Murcia habían llegado: Pedro, Fernando, Antonio, Rocío, Pepe y dos del Costa Vasca, Patxi, su señora, Iñaki y señora. Abrazos, risas, cenar, tragos y a dormir, que mañana nos vamos a Vigo.
Un día entrañable. Hasta mañana… Un abrazo

TONI

"Las murallas de Villalpando" (arriba)

1 comentario:

jose luis dijo...

Un verdadero placer conducir a vuestro lado y sabeis que es cierto, porque?, pues porque el ver vuestro culito cuando voy detras es una de las mejores vistas que puede tener un motorista.................gay.
Un beso, que ya estoy PALOTE