miércoles, 11 de marzo de 2009

8 de Marzo: Día de la Mujer...

¡Qué bonito ser mujer!

Podría ser cierto, solo eso. Cualquier imagen con la realidad es pura fantasía. Las mujeres desde que se levantan, el día se les hace pequeño. Una pequeña muestra (sabedor que soy que no siempre son así, pero haberlos los hay):

El trauma que supone mirarte al espejo por la mañana y encontrarte con que ese Gremlin que te mira fijamente, resulta que eres tú. Te duchas, te vuelves a mirar, y decides que lo mejor va a ser darte una capa de Titanlux, a ver si aquello mejora. Mejora, pero sigues siendo tú.

Una vez mejorada, te diriges a despertar a tus niños. Aquí siempre ocurre algo. Supongamos que el niño tiene fiebre. Tú eres una mujer con recursos, y si no los creas, que de eso sabéis más que nosotros los hombres. Entonces súplicas:
1.- A la suegra: que se quede con el niño hasta que llegue la canguro.
2.- A la canguro: que venga un poco antes para que se vaya la suegra.
3.- Al cielo: que la seguridad social deje de comunicar.
4.- A la "encantadora enfermera": que te dé cita tarde para no pedir permiso.
5.- A tu jefe: que te dé permiso porque la encantadora enfermera ha pasado de ti y entre las súplicas sigues trabajando, así como haciéndote la relajada.
6.- A tú marido: bueno a ese mejor no recurres…

Consigues salir del trabajo corriendo al pediatra. Llegas por los pelos. Te dice lo del virus, y te manda comprar una medicina de extraño y compuesto nombre. Cuando llegas a la farmacia han cerrado, y es entonces cuando decides llamar a tu marido y le suplicas que cuando salga de trabajar, si no le supone mucha molestia (que no supone, son las formas no la orden), se pase por una farmacia de guardia a por la extraña medicina curalotodo. Entonces él te dice: "no voy a poder, es que tengo una reunión", y es cuando pensáis que “mi marido no vive, se reúne”.

Entonces piensas en voz alta y cuando te oye rugir como un rinoceronte en celo (es lo mas parecido y lo mas inmediato que me ha venido a la cabeza, y prometo que jamás escuché a un rinoceronte en celo), le recuerdas que el niño está enfermo y hacemos ver que no se nos había olvidado y te cagas en “todo” lo que se menea... y más. Le matarías, pero por teléfono no puedes así que decides arrastrarte hasta la farmacia de guardia, y allí que llegas tú con todo colgando:
- Al pequeño que le cuelgan los mocos y el mayor que se cuelga literalmente de tu manga .
- De la sillita cuelga tu bolso, la bolsa del bebe, la bolsa de gimnasia, la bolsa del trabajo, y la mochila del mayor, que ya quisiera Pérez de Tudela, que yo creo que este niño no crece porque la mochila se lo impide.
Entras en la farmacia y el espejo del fondo te enseña al Gremlin pero como a trozos porque el maquillaje también se ha "descolgado" y te suda el bigote como una foca, y te la encuentras a ella, la SUPER-ORGANIZADA, que es esa mamá del colegio de tus hijos que siempre quisiste ser. Lleva a sus nenes a alemán, a judo, a pintura, al foníatra, a fútbol y a natación. Y encima:
- Es de las que comen y no engordan, y es delgada.
- De las que en los cumpleaños del nene, lleva a toda su clase "un huevo Kinder", que son tres deseos a la vez, y tu niño con su bolsa de sugus, que yo creo que le estoy creando un trauma,...y además prepara la bechamel de las croquetas (y tú hace tiempo que descongelas las famosas croquetas ¡que le den por culo a la bechamel!).
- Todo esto sin movérsele ni una de las siempre perfectas mechas; porque a este tipo de mujer no le crece el pelo. Yo creo que tampoco “sudan”, pero no estas del todo segura.
- Y tú intentando recolocar todo lo que te cuelga, y ella y su perfecta hilera de dientes que te sonríe y te suelta: "Chica, es que no te organizas, ¿por qué no pides reducción de jornada..?"
Aquí es donde le soltarías una leche por cada euro reducido por reducir tu jornada.

Superada la prueba, tus colgajos y tú regresáis a casa. La autoestima decidió quedarse en la farmacia.

Bañas a los niños, haces los deberes del mayor, le das la medicina al pequeño, les preparas la cena, se la das y les acuestas y te tiras en el sofá. Entonces, para rematar el día, al cabo de un rato, llega tu marido a casa con cara de agotamiento y te dice que no ha parado en todo el día de reunión en reunión en la oficina (ha tenido tres reuniones) y que ha tenido que comer con los compañeros en un restaurante de aúpa y te pregunta “que qué hay de cena” y que si no te importa preparar a ti la mesa porque él está muy cansado.

Y ni siquiera te pregunta por el niño, tu trabajo, la suegra, la canguro, el jefe, la enfermera, el médico, la farmacéutica y la súper-organizada, y remata diciendo que “vaya pinta de Gremlin que tienes con el maquillaje descolocado”; que “a ver si te cuidas un poco, con la cantidad de tiempo libre que tienes”.

Por si fuera poco, al encender la tele aparece otra súper-organizada que te dice: "Ausonia, hoy me gusta ser mujer".

Con este panorama, estoy muy contento de ser HOMBRE. Gracias a Dios o a la Evolución, que el mundo está bien repartido.

Felicidades a todas las mujeres del mundo por hacer que nuestra vida sea tan hermosa.
Un abrazo

TONI

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