miércoles, 11 de junio de 2008

Salvatore...



Mí querido amigo:
Hoy es 11 de Junio, y es tu cumpleaños. Tantas cosas debería agradecerte que supongo que aunque sabría por dónde empezar, la primera sería la de haber creído en mi y en el fondo que muy pocas personas veían pues yo era el primero en no mostrarlo, pero tú estuviste ahí. Así que GRACIAS.
Hace muchos años que nos conocemos, tantos que a veces creo que parece que fue ayer cuando jugábamos en los surcos que la lluvia producía en la calle, con nuestros soldados de plástico, animales de mentira, coches de metal con pintura con plomo… Y efectivamente, fue ayer cuando jugamos por última vez antes de que el progreso asfaltase la calle de nuestros juegos pueriles sin otra conciencia que la de reír.
Crecimos y pasamos a hacer lo mismo con aquellas bicicletas de hierro que pesaban un todo, las movíamos como si nada, subíamos las cuestas sin cambios de marcha, eso era solo para los coches y las motocicletas, a las que por edad, nuestros padres no nos permitían su acceso.
Un incendio nos distanció en el tiempo mientras seguíamos creciendo. Y aunque nuestros caminos se iban cruzando de vez en cuando, balines en la pierna incluidos, aún me acuerdo del incidente, que lo sepas; la verdad es que llegamos a una edad en dónde ya nada nos volvió a separar y algunos de los mejores momentos de mi vida los he pasado a tú lado.
Me enseñaste a pensar y a razonar, cosa difícil pero satisfactoria. Me enseñaste a medio controlar un balón redondo entre los pies, más o menos como lo puede controlar tu hijo Salva hoy en día, vamos tampoco necesitaba para más. Me enseñaste a trabajar con adolescentes cuando nadie confiaba en mí, tú apostaste y creo que no te falle. Me enseñaste a saber pedir perdón y sobretodo, me enseñaste a pedir ayuda.
A pesar de haber cometido un error contigo, me diste la oportunidad de enmendarlo y tu capacidad de perdonar y de aceptar es proporcional a como la vida te ha tratado, que lo ha hecho de forma maravillosa. Incluso en los amargos momentos, que los has tenido, se podría decir que los felices los superan. (Yo aún hoy me acuerdo de él: tu PADRE).
Voy a dejar el azúcar pues este texto se puede convertir en no apto para diabéticos, y se que a ti te gusta mucho el dulce (ahora entiendo porqué te casaste con Sonia, es tan dulce la mona inocente) y en cierto modo no te conviene.
Me acuerdo de cuando me llevaste al fútbol y perdiste los dientes en aquel gol mágico. Aunque lo mágico para mí siempre ha sido recordar ese momento surrealista y verídico. Como el detalle de aparecer montado en un burro blanco el día de tu boda, pero aún hoy me pregunto como conseguiste hacer subir a tu madre, una señora que va a Egipto y se lleva una escoba para barrer el polvo y la arena del desierto.
También me acuerdo de las noches de San Juan en tu casa, una institución que hoy en día lamentablemente no puedo asistir, pero que en cuánto pueda tú sabes que ahí estaré como cada San Esteban.
Hace un año llegaste a los 40 y fue una noche inolvidable, tus amigos te honramos de la mejor manera que podíamos y sabíamos, como muestran algunas fotos (aún espero las fotos del Sergi – padrino de tu hijo menor -).
Salvatore, te acuerdas de esa noche en Bruselas, como olvidar ese viaje en Mercedes por Europa. Hay tantas anécdotas que me unen a ti y a tú familia que solo me queda desearte un feliz CUMPLEDIAS y darte las gracias porqué a pesar de todo, creíste en mí, crees en mí y creerás en mi (supongo y espero). Gracias por añadirme a tu familia y sentir su amor.
Un abrazo
Tonino (un amigo agradecido)

PD: Para los 50 una fiesta de la espuma puede ser?????????


No hay comentarios: