Día de llegada y mañana del otro...

Hola amigos/as:

En el anterior artículo referente al día de llegada, a mi primera visita a Israel (que no será la última pero antes de la segunda dejaremos pasar un tiempo, hay que dejar descansar), como llegué atardeciendo, tuve el enorme placer de pasear por el zoco que justo empieza en la Puerta de Jaffa (Jaffa’s Gate – para ti Salva Iaffa gueit -) y que si lo sigues en línea recta llegarás justo a una puerta que comunica o te da paso a la explanada de las Mezquitas (Barrio Musulmán). Bien pues durante ese paseo, tuve la enorme sensación y un placer de escuchar el canto de llamada a los fieles musulmanes para que acudan a rezar. Y ese canto, queridos amigos/as, se escucha por toda la Ciudad Vieja, estés en el barrio que estés.
Ese primer día también estuve enfrente del muro de las Lamentaciones o Western Wall (para ti Salva: uestern uol), que es el muro que quedó después de que los romanos allá en los 70 después de Cristo dejaron al arrasar la ciudad de Jerusalem. Pero es que lo bueno, es que ese muro está erigido encima del que hizo David (primer Rey Judío que eligió Jerusalem como la capital de Israel) y que por lo tanto, ese muro, desde sus cimientos tiene más de 3000 años, y es un lugar de culto y rezo, dónde peregrinos de todo el mundo van a depositar sus peticiones y rezos. Los judíos rezan ahí por los cienes y cienes de judíos muertos (incluidos los 6 millones que quedaron en la II Guerra Mundial). Y debido a los cambios de temperatura, al amanecer el rocío que hay en las piedras simbolizan las lágrimas del pueblo judío (por si no lo sabíais, ahora lo sabéis).
Al día siguiente al levantarme, después de un desayuno KOSHER (el desayuno hebreo que incluye todo tipo de quesos, cereales, pastelitos, café de una cafetera Marcilla – si querido hermano como la que hay en el Hostal del Sol y que hace tan buen café, que por cierto, a ver si vienes a probarlo el próximo 2008, ya sabes que tú opinión para mí cuenta – mermeladas, miel, pan y lo curioso: pescado crudo, que a mí esas horas pues va a ser que no), la intención es visitar los Santos lugares del Catolicismo, es decir, hacer la Vía Dolorosa desde la Puerta de los Leones (Barrio Musulmán) hasta el Santo Sepulcro.
Mañana soleada y de temperatura agradable, conforme te vas acercando a la Ciudad Vieja, contemplas la muralla. Realmente no se puede describir la sensación, es para verla y estar ahí. Cada cual sentirá lo que quiera sentir, pero no voy a ser Yo quién niegue la historia de una ciudad que tiene unos 3000 años de historia. Podrás creer o no (es asunto tuyo), lo que es innegable es la cultura y la historia de esa región.
Sigo a mi conciencia, aunque he de reconocer que con ciertas trampas, pues en el Hotel tenía un plano de la Ciudad Vieja y me lo había empollado. Pero una cosa es un mapa y la otra moverse por un entresijo de callejuelas sin nombre y adivinar que es esa la que buscas, aunque preguntando también se averiguan muchas cosas.
Por el camino, los comerciantes no dejan de invitarte a café con cardamomo (muy bueno) o diferentes tipos de té (aunque el más común es a la menta – así van de salidos los colegas -) para que visites su tienda y compres algo, aunque si no lo haces, tampoco te cobran el café y agradecen el hecho de una buena conversación y conocer, vamos como aquí.
En fin, las sensaciones son muchas, y mientras visito las diferentes estaciones por las que según se dice, Jesús paseó con la Cruz a cuestas, después de los azotes recibidos por las entonces angostas calles, yo intento imaginar aquello y solo puedo hacerme una más que remota idea. Pero es la sensación, lo que tus ojos ven, las gentes que pasean, miran, tocan, fotografían… eso también llama mi intención, pero por encima de todo, el hecho de pasear por las calles de una ciudad que hace ahora unos 2000 años, fue testigo mudo de un gran cambio que 300 años después nos lleva a concebir un cambio de civilización.
Bien amigos, hasta aquí llego hoy. Mañana más lo que no aseguro es hacerlo mejor, así que un abrazo para todos y buen fin de semana (o lo que queda de él).

TONI

PD: La foto es la muralla (arriba izquierda) vista desde la Lion’s Gate (para ti Salva: lions gueit) que es por donde se entra o sale si uno va o viene del Monte de los Olivos, lugar dónde se dice fue apresado Jesús y desde dónde bajo para entrar en Jerusalem a lomos de un burrito blanco – no el de las sábanas – y que entró por la Golden’s Gate (para ti Salva: goldens gueit), tapiada hoy en día, pues los judíos no reconocen a Jesús como su Mesías y lo siguen esperando aún (la de abajo).