miércoles, 26 de mayo de 2010

Revisando las verdades (2)... Sobre estar solo

Mis queridos/as amigos/as:
El avance tecnológico ha marcado el inicio de éste milenio, pero eso no ha sido lo único. Las relaciones afectivas también están pasando por profundas transformaciones y revolucionando el concepto AMOR.
Lo que se busca hoy es una relación compatible con los tiempos modernos, en la que exista la individualidad, respeto, alegría y placer por estar juntos, y no una relación de dependencia, en la que uno responsabiliza al otro/a de su bienestar.
La idea de que una persona sea el remedio para nuestra felicidad, nace con el romanticismo y está llamada a desaparecer en este siglo o centuria. El amor romántico parte de la premisa de que somos una parte y necesitamos encontrar nuestra mitad para sentirnos completos.
Muchas veces ocurre hasta un proceso de despersonalización que históricamente, ha alcanzado más a la mujer, abandonando sus características, para amalgamarse al proyecto masculino.
La teoría de la unión entre opuestos también proviene de ésta raíz (la del romanticismo), es decir, el otro/a tiene que saber hacer lo que yo no se hacer. Esto no es más que una idea práctica de supervivencia y poco romántica, para más señas.
La palabra de orden en este nuevo siglo o centuria, es la de asociación. Estamos cambiando el amor de necesidad, por el amor de deseo. Es decir, me gusta y deseo la compañía, pero no la necesito, lo que es muy diferente.
El avance tecnológico, exige más tiempo individual, las personas están perdiendo el miedo a estar solas, y de ésta manera, aprender a vivir mejor consigo mismos/as. Empezamos a darnos cuenta de que nos sentimos parte de algo, pero como enteros. De ésta manera, con el que establecemos un vínculo, hacemos que también se sienta una parte, ya no es el príncipe o salvador de ninguna casa, es el compañero/a de viaje.
El ser humano es un animal que va cambiando el mundo y después tiene que reciclarse para adaptarse al mundo que ha fabricado.
Estamos entrando en la era de la individualidad, que para nada tiene que ver con el EGOÍSMO. El egoísta no tiene energía propia, ya que se alimenta de la energía de los demás, sea financiera, afectiva o moral.
La nueva forma de amar tiene nuevo aspecto y significado. Apunta más a la aproximación de dos enteros, y no a la unión de dos mitades. Y ello sólo es posible para los que consiguen trabajar su individualidad (ya lo decía el Oráculo de Delfos: CONÓCETE A TI MISMO antes de conocer a nadie más). Cuánto más capaz sea de vivir solo el individuo, más preparado estará para una buena relación afectiva.
La soledad es buena, estar solo no debe ser vergonzoso. Al contrario, dignifica a la persona. Las buenas relaciones afectivas son muy parecidas con estar solo, nadie exige nada a nadie y ambos crecen.
La relación de dominación y de concesiones exageradas son cosas del siglo pasado. Cada cerebro es único. Nuestro modo de pensar y actuar NO sirve de referencia para evaluar a nadie.
Muchas veces pensamos que el otro es nuestra alma gemela y, en verdad, lo que hacemos es inventarlo a nuestro gusto (desapareciendo el respeto).
Todas las personas deberían estar solas de vez en cuando, para establecer así un diálogo interno y descubrir la fuerza de su propia personalidad. En la soledad, el individuo entiende que la armonía y la paz de espíritu sólo se pueden encontrar dentro de uno mismo, y no a partir de los demás. Al percibir esto, el individuo se vuelve menos crítico y más comprensivo con las diferencias, respetando la forma de ser de cada uno.
El amor de dos personas enteras es el bien más saludable. En éste tipo de unión, esta el abrigo y el placer de la compañía por el respeto del ser amado.
No siempre es suficiente ser perdonado por alguien. Algunas veces hay que aprender a perdonarse a sí mismo… Puesto que si no te/me perdono es porqué no te/me merezco.
En fin, amigos y amigas, hasta aquí llego hoy, mañana más. No prometo hacerlo mejor pero si que haga lo que haga lo haré de la mejor manera posible.
Un abrazo

TONI

CONCLUSIÓN: Este artículo de hoy, me ha llegado en forma de PPS (con algunas – pocas – correcciones y añadiduras mías). Me ha gustado tanto que he decidido compartirlo con vosotros, puesto que aparte de que coincido plenamente con todo lo escrito, sinceramente, se de lo que habla y lo apoyo totalmente. El psicoterapeuta que lo escribió, revisando las verdades, ciertamente no ha descubierto nada. En muchas de las escrituras de nuestros antepasados, y basándome principal y exclusivamente en el Oráculo de Delfos: CONÓCETE A TI MISMO antes de conocer a los demás… Con lo que en principio, ésta todo dicho.

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