miércoles, 9 de abril de 2008

Sinceramente...

Queridos/as amigos/as:

Esta bien, la persona o personas que de vez en cuando me llaman poco humilde o dejan su impronta en forma de comentarios, en parte tienen o tiene razón. Pero ojo, no es falta de humildad o que no sea humilde, o que tenga que aprender... Humilde lo soy, pero también peco de soberbia. Tengo que aprender, si efectivamente. Pero quién es áquel que va por la vida sabiéndolo todo???? Yo se que debo seguir aprendiendo para seguir avanzando.

Todos aquellos que me conocen un mínimo para poder opinar con un poco de cordura o que yo les tenga en cuenta, partiendo del principio que cualquier opinión que reciba sobre mi o mis puntos de vista, siempre es bien recibida puesto que aunque se que es verdad, no le tengo miedo a la verdad. Ahora ya no.

Reconozco sinceramente que a veces me pongo nostálgico y meláncolico, plasta hasta el punto de que con un poco mas de almíbar el escrito no sea apto para diabéticos. O si no que sea un comentario o artículo tan lacrimogeno que incluso pueda despertar el tan temido y socorrido sentimiento de lástima:

"Pobrecito, lo que ha tenido que pasar..." Vamos por favor, cuando mi amigo Sergi me regaló este blog, lo hizo con sinceridad para que escribiese lo que se me antojase, para que pudiese reflejar mis diferentes puntos de vista sobre lo que sucede a nuestro alrededor o a mi alrededor, para que plasmase como me siento, a que tengo miedo, a que tengo rabia, a que amo, a que quiero llegar a ser, a que pienso sobre... Pero sinceramente, la soledad es una gran compañera, pero muy dura y a veces cuesta seguir mirando hacia delante, cuesta seguir siendo fiel a los principios que la vida te ha enseñado (no los de tu familia de origen, esto que quede claro) y necesito escribir.

Reconozco sinceramente que NUNCA ha sido ni será mi intención la de solicitar lástima. Puedo tener momentos en que anímicamente me sienta bajo de moral y recurra para autoestimularme, recordar de la cueva de la que escapé o me echaron y a la que NUNCA regresaré. Lo hago para ver simple y sinceramente el camino recorrido y lo que me queda para recorrer.

Ayer, mientras conversaba con Marta, le comenté que prioridad podría tener en esta vida, o que destino quería para mí en esta vida. Es sencillo, quiero llegar a estar rodeado de seres humanos donde la verdad, el honor, la sinceridad, el saber cuándo hay que pasarse un semáforo en rojo o no, la grandeza de las cosas sencillas como el amor y el respeto no dejen paso a los celos y envidias... No sé, algo totalmente diferente de donde vengo. Y si encima la vida me concede el privilegio de poder recorrer la senda acompañado de aquella que ha de ser y lograr ser padre, sinceramente mi vida habrá valido la pena. Pero si no tengo el privilegio de ser padre, también me habrá valido la pena por haber vivido una vida y cambiar lo cambiado.

Sinceramente, si quieres ayudar ayuda de verdad, que lo note tu ayuda cerca, no desde la barrera. Puede que no sepa pedir ayuda, pero he aprendido. Y cada día que pasa aprendo un poco mas a quererme y a quererte. Gracias

TONI

1 comentario:

Anónimo dijo...

la vida no es ... la hacemos complicada. No escuches necedades.

SSenyora