Hola amigos/as:
Qué rápidamente nos formamos una opinión de otras personas, qué rápidamente llegamos a una conclusión sobre ellas. A la mente egótica le resulta satisfactorio etiquetar a otro ser humano, darle una identidad conceptual, pronunciar juicios severos. Cada ser humano ha sido condicionado a pensar y comportarse de cierta manera, condicionado tanto genéticamente como por sus experiencias infantiles y su entorno cultural.
No es que ese ser humano sea así, pero así es como se presenta. Cuando emites un juicio respecto a alguien, confundes los patrones mentales condicionados con lo que esa persona es. Esa acción, en sí misma, denota un patrón profundamente inconsciente y condicionado. Das a esa persona una identidad conceptual, y esa falsa identidad se convierte en una prisión no sólo para ella, sino también para ti. Evitar el juicio no implica ignorar lo que el otro hace; implica reconocer que su conducta es una forma de condicionamiento; implica verla y aceptarla tal como es, sin construir una identidad para esa persona a partir del condicionamiento. Eso te libera a ti y a la otra persona de la identificación con el condicionamiento, con la forma, con la mente. Entonces el ego ya no rige tu relación.
Mientras el ego dirija tu vida, la mayor parte de tus pensamientos, emociones y acciones surgirán del deseo y del miedo. Entonces, en las relaciones, o bien demandarás, o bien temerás algo de la otra persona. Puede que quieras placer o beneficios materiales, reconocimiento, alabanzas o atención, o fortalecer tu sentido del yo mediante la comparación y el establecimiento de que eres, tienes o sabes más que la otra persona. Y lo que temes es que ocurra justo lo contrario, que esa persona pueda reducir de algún modo tu sentido del yo. Cuando diriges tu atención al momento presente- en lugar de usarlo como un medio para un fin- vas más allá del ego y más allá de la compulsión inconsciente de usar a la gente como un medio para un fin, siendo el fin tu propio fortalecimiento a costa de los demás. Cuando prestas toda tu atención a la persona con la que estás interactuando, dejas fuera de la relación el pasado y el futuro, excepto para fines prácticos. Cuando estás plenamente presente en tus encuentros con otras personas, renuncias a la identidad conceptual que has creado para ellas - tu interpretación de quiénes son y de lo que hicieron en el pasado-, y eres capaz de interactuar prescindiendo de los movimientos egóticos del deseo y del miedo. La clave está en la atención, que es una alerta serena.
Qué maravilloso es poder ir más allá del deseo y del miedo en las relaciones. El amor no desea ni teme nada. Si su pasado fuera tu pasado, si su dolor fuera tu dolor, sí su nivel de conciencia fuera tu nivel de conciencia, pensarías y actuarías exactamente como él o ella. Esta compresión trae consigo perdón, compasión y paz. Al ego no le gusta oír esto, porque pierde fuerza cuando no puede mostrarse reactivo y tener razón. Cuando recibes como a un noble invitado a cualquiera que venga al espacio del Ahora, cuando permites a cada persona ser como es, él o ella empieza a cambiar.
Para conocer a otro ser humano en su esencia, no te hace falta saber nada sobre él: su pasado, su historia personal, sus experiencias. El saber acerca de lo confundimos con un conocimiento más profundo, un conocimiento no-conceptual. Saber acerca de y el conocimiento no-conceptual son dos formas de conocer completamente distintas. Una tiene que ver con la forma; la otra, con lo informe. Una opera a través del pensamiento; la otra, a través de la quietud. Saber acerca de resulta útil a nivel práctico; de hecho, es imprescindible. No obstante, cuando ése es el modo predominante de conocer en las relaciones se vuelve muy limitante, incluso destructivo. Los conceptos y pensamientos crean una barrera artificial, una separación entre los seres humanos. Entonces tus interacciones no están enraizadas en el Ser, sino que se basan en la mente. Cuando no hay barreras conceptuales, el amor se encuentra presente de manera natural en todas las interacciones humanas.
La mayoría de las interacciones humanas se limitan a un intercambio de palabras: al reino del pensamiento. Es esencial conseguir cierta quietud particularmente en las relaciones íntimas. Ninguna relación puede crecer sin la sensación de espacio que acompaña a la quietud. Meditad juntos o pasad ratos en silencio en la naturaleza. Cuando vayáis de paseo, o estéis sentados en el coche o en casa, sentiros cómodos compartiendo la quietud. La quietud ni puede ser creada ni es necesario crearla. Simplemente, permaneced receptivos a la quietud que ya se encuentra presente, aunque suele quedar oscurecida por el ruido mental.
Si se pierde la quietud espaciosa, la relación estará dominada por la mente, y los problemas y los conflictos podrán adueñarse de ella fácilmente. Si está presente la quietud, podrá contener cualquier cosa. La verdadera escucha es otro modo de llevar quietud a la relación. Cuando escuchas verdadera-mente a alguien, surge la dimensión de quietud y se convierte en parte esencial de la relación. Pero la verdadera escucha es un don escaso. Generalmente, la mayor parte de la atención de la persona está consumida por su pensamiento. En el mejor de los casos, puede estar evaluando tus palabras o preparando la siguiente frase que va a decir. O puede que no te esté escuchando en absoluto, perdida en sus propios pensamientos. Va mucho más allá de la percepción auditiva. Es el emerger de una atención alerta, un espacio de presencia en el que las palabras son recibidas. Ahora las palabras se vuelven secundarias. Pueden ser significativas o pueden no tener sentido. Mucho más importante que aquello que estás escuchando es el acto mismo de la escucha, el espacio de presencia consciente que surge al escuchar. Ese espacio es un campo de conciencia unificador en el que te encuentras con la otra persona sin las barreras separativas creadas por el pensamiento conceptual. Y la otra persona deja de ser «otra». En ese espacio, estáis unidos en una misma alerta, una conciencia.
¿Vives dramas frecuentes y repetitivos en tus relaciones íntimas? ¿Desacuerdos relativamente insignificantes que provocan violentas discusiones y dolor emocional? Los patrones del ego básico, están en la raíz de estas experiencias: la necesidad de tener razón y, por supuesto, de que el otro esté equivocado; es decir, la identificación con posiciones mentales. También está presente la necesidad periódica del ego de estar en conflicto con algo o alguien para fortalecer su sentido de separación entre «yo» y el «otro», sin el que no puede sobrevivir. Además, está el dolor emocional acumulado del pasado que tú y cada ser humano arrastra en su interior, tanto de tu pasado personal como del dolor colectivo de la humanidad que se remonta mucho, mucho tiempo atrás. Este «cuerpo-dolor» es un campo energético interno que se adueña esporádicamente de ti porque necesita experimentar más dolor emocional para alimentarse y reabastecerse. Tratará de controlar tu pensamiento y de hacerlo profundamente negativo. Le encantan tus pensamientos negativos, porque resuenan con su frecuencia y puede alimentarse de ellos. También provoca reacciones emocionales negativas en las personas que están a tu alrededor, especialmente en tu pareja, para alimentarse del drama y del dolor emocional.
¿Cómo puedes liberarte de esta identificación inconsciente y profundamente arraigada con el dolor, que genera tanta miseria en tu vida?
Toma conciencia de él. Date cuenta de que no es quien tú eres, y reconócelo por lo que es: dolor del pasado. Sé su testigo cuando te ocurra o le ocurra a tu pareja. Cuando rompes tu identificación inconsciente con él, cuando eres capaz de observarlo dentro de ti, dejas de alimentarlo, y gradualmente perderá su carga energética. La interacción humana puede ser un infierno. O puede ser una gran práctica espiritual. Cuando miras a otro ser humano y sientes un gran amor por él, o cuando contemplas la belleza natural y algo dentro de ti responde profundamente a ella, cierra los ojos un momento y siente la esencia de ese amor o de esa belleza interna, inseparable de quien eres, de tu verdadera naturaleza. La forma externa es un reflejo temporal de lo que, en esencia, eres por dentro. Por eso el amor y la belleza nunca pueden abandonarte, aunque todas las formas externas lo harán.
¿Cuál es tu relación con el mundo de los objetos, con las incontables cosas que te rodean y que utilizas cada día? ¿La silla en la que te sientas, el bolígrafo, el coche, la taza? ¿Son para ti simples medios para un fin, o de vez en cuando reconoces su existencia, su ser, aunque sea brevemente, dándote cuenta de ellos y prestándoles atención? Cuando te apegas a los objetos, cuando los usas para justificar tu valía ante ti mismo o a ojos de los demás, la preocupación por las cosas puede adueñarse completamente de tu vida. Cuando te identificas con las cosas, no las aprecias por lo que son, porque te estás buscando en ellas. Cuando aprecias un objeto por lo que es, cuando reconoces su ser sin proyecciones mentales, no puedes dejar de sentirte agradecido por su existencia. También podrías sentir que en realidad no es inanimado, que sólo parece inanimado a los sentidos. Los físicos confirman que, a nivel molecular, cada objeto es un campo de energía pulsante. La apreciación desinteresada del reino de las cosas hará que el mundo que te rodea cobre vida de un modo que ni siquiera puedes comenzar a comprender con la mente.
Cuando te encuentras con alguien, aunque sea muy brevemente, ¿reconoces su ser prestándole toda tu atención? ¿O le reduces a un medio para un fin, un mero papel o función? ¿Cuál es la calidad de tu relación con la cajera del supermercado, con el empleado del aparcamiento, con el mecánico, con el «cliente»? Un momento de atención es suficiente. Mientras le miras o le escuchas hay una alerta silenciosa tal vez de unos pocos segundos, tal vez más larga. Eso es suficiente para que emerja algo más real que los papeles con los que nos identificamos y que estamos acostumbrados a desempeñar. Todos los papeles son parte de la conciencia condicionada característica de la mente humana. Lo que emerge a través del acto de atención es lo incondicionado: quien eres en tu esencia, por debajo de tu nombre y de tu forma. Dejas de seguir un guión, te vuelves real. Cuando esa dimensión emerge dentro de ti, también la evocas en la otra persona.
En último término no hay otro, siempre te estás encontrando contigo mismo.
Hasta aquí llego hoy, mañana más, aunque no puedo prometer que sea mejor.
Un abrazo
TONI
viernes, 20 de septiembre de 2013
viernes, 12 de abril de 2013
¿Por qué...?
Mis queridos/as amigos/as:
¿Por qué nacemos el día qué nacemos? Muchas veces me había realizado esa pregunta y hoy al fin lo he averiguado, al menos ya tengo mi motivo.
Nacemos ese día y no otro porqué ese día nos empujan a la vida. Y es así, nacemos porqué nos expulsan y para ello nos empujan. Desde ese momento en que nos empujan, nos arrollan, nos expulsan a la vida, desde ese preciso instante, nuestra vida, mi vida, nos pertenece, me pertenece.
Y por ese motivo debemos de luchar por ella, por nuestra vida, por mantenernos, por vivirla, por sentirla… Cuando somos conscientes y plenos de saber que nuestra vida nos pertenece.
Si los fetos pudieran hablar, ellos mismos se avisarían: te dirían que te vayas preparando, que en breve te van a empujar a la vida.
Y qué hacemos cuando somos conscientes de que nuestra vida nos pertenece: aceptarla o no. Dicen que tú destino ya está escrito y que el mío debo de escribirlo Yo. Ahí es cuando decides si aceptas o no aceptas.
¿Cómo sabemos que ése es mi destino y no otro? Cuando consciente de lo que haces determinas que no eres feliz, y que puedes hacer algo para serlo. Pues recordemos que la felicidad no es una meta, sino parte del camino a recorrer en la vida. Sólo al final de tus días, sabrás lo feliz que has podido ser, si has luchado o no, y sobretodo, aparte de ti, a cuántos has hecho sonreír, pues hacer llorar es fácil, el camino fácil siempre es el que menos esfuerzo cuesta, y no siempre es en el que más feliz te haces a ti y a los demás.
El día posee mil cuatrocientos cuarenta minutos, como decidas sentirlos sólo depende de ti y, de nadie más. La vida es una lucha continua que sólo finaliza cuando falleces. Desde el instante que te empujan a la vida, todo, repito TODO está escrito. Y la letra con la que escribes varia según vas creciendo y tomando consciencia de ti mismo. Sabes que es lo que está bien y lo que está mal desde el momento en que haces una cosa, pues es en tú propia esencia dónde captas la reacción, y después, siguiendo el orden de cosas que hay, en la de los demás.
Yo no vivo pendiente de los demás, hubo un tiempo en que si lo hice, y si hacía feliz a los demás pero Yo no lo era, la sensación era agridulce. Con el tiempo (que ni cura ni sana las heridas, simplemente las cicatriza), aprendí que si hacía algo desde dentro, desde mi mismo y por mi mismo, aunque no gustase, no es que lo estaba haciendo mal, simplemente es que estaba rodeado de personas que querían que mis actos les alegrase a ellos, y que poco les importaba cómo reaccionaba mi SER. Eso es ESTAR, no SER.
Y a ésta vida, hemos venido para SER y ESTAR, no para estar sin ser. Pero eso, es la decisión de cada uno. Y ya que me empujaron a la vida, lo menos que puedo hacer es sentir mi vida.
En fin, amigos y amigas, hasta aquí llego hoy, mañana más. No prometo hacerlo mejor pero si que haga lo que haga lo haré de la mejor manera posible.
Un abrazo
TONI
sábado, 23 de marzo de 2013
46 y un día...
Mis queridos/as amigos/as:
Ya ha pasado un día desde mi nuevo nacimiento. Todos los diferentes nacimientos que he tenido a lo largo de mi vida, que son gotas de vida en el océano del Universo, éste si acaso ha sido el más especial.
Cada año es un avance, pero éste último el avance ha sido proporcionalmente muy grande: he sentido muchas cosas y todas ellas en sueños cumplidos, sueños que se han manifestado, sensaciones no descriptibles con palabras (y mira que para eso tengo cierta facilidad), de las que éste año a pesar de mi naturaleza, han sido por primera vez las justas y necesarias: para que mi voz sea escuchada, y en mis silencios, para escuchar a los demás.
“No digas todo lo que piensas, pero si piensa TODO lo que dices”.
Con ésta frase podría resumir el año de mi nacimiento 45. Y para el año del 46, todo que acaba de comenzar, seguiremos con esa tendencia de escuchar más que decir.
Hoy empiezo. Mañana empiezo… Y todo es siempre empezar, como los días, que cada día empieza uno de nuevo sin tener claro que puede suceder. La frase:
“El pasado se fue. El futuro es incierto. Hoy es el mejor regalo, por eso se le llama presente, disfrútalo”…
Estoy de acuerdo, pero lo que hagas hoy, tendrá repercusión mañana. Y aunque el mañana nadie lo tiene asegurado, debemos vivir con la esperanza de que habrá un mañana, y estaremos ahí para contarlo, verlo y sentirlo, sobretodo sentirlo.
Estoy dónde siempre he deseado estar: rodeado de amor y cariño. De mí hacía ellos y de ellos hacía mi. Tengo una vida de servicio, y en esa vida de servicio he aprendido que también es bueno y necesario que debo servirme a mi también.
De esto último, agradezco a ese ser humano que apareció y se fue, el haberme abierto la puerta que cerrada había o que no creí que se volvería a abrir. Evidentemente queda regusto, la miel está aún en mi corazón, que saboreo mientras en un lado de mi caminar me he sentado mirando hacia delante (para ver lo que me falta) y no de espaldas a lo recorrido (que no es que no quiera verlo, pero no necesito mirarlo constantemente).
Ahora me llaman MAESTRO, y el corazón se engrandece, por el honor, por la responsabilidad y sobretodo, por la humildad del que ostenta ese nombre: MAESTRO. Nombre que no rechazo, que acepto con humildad, con honor, con responsabilidad, con cariño y amor hacía aquél que así me reconoce en su vida.
Cambios y más cambios. Siempre adelante. Siempre aprendiendo… Y ahora además con la intención y deseo de realizar algo más: mi más anhelado deseo y sueño.
Ambas facetas deben conjugarse, y aprendiendo estoy. Nadie me dijo que iba a ser fácil, ni Yo mismo me lo he dicho, pues muchas limpiezas me quedan.
“No me resigno a dar la despedida a tal altivo y firme sentimiento que tanto impulso y luz diera a mi vida.”
En fin, amigos y amigas, hasta aquí llego hoy, mañana más. No prometo hacerlo mejor pero si que haga lo que haga lo haré de la mejor manera posible.
Un abrazo
TONI
martes, 22 de enero de 2013
Vulnerable...
Mis queridos/as amigos/as:
Vulnerabilidad: es la cualidad de vulnerable (que es susceptible de ser lastimado o herido ya sea física o moralmente). El concepto puede aplicarse a una persona o a un grupo social según su capacidad para prevenir, resistir y sobreponerse de un impacto. Las personas vulnerables son aquellas que, por distintos motivos, no tienen desarrollada esta capacidad y que, por lo tanto, se encuentran en situación de riesgo.
Vulnerable: proviene del latín VULNERABILIS, formada por VULNUS (herida) y el sufijo ABILIS (-able, indica posibilidad). Es decir, que puede ser herido, dañado, afectado fácilmente porqué no sabe o no puede defenderse por su condición de débil.
Una vez en situación, hoy quiero escribiros sobre lo vulnerables que somos los seres humanos y la forma más común que tenemos. Todos somos débiles ante una agresión, física o moral. La manera de defendernos, depende en cierta medida de la educación recibida y la buscada por uno mismo. Es decir, aquel que se sabe débil (vulnerable de ser agredido), busca herramientas para defenderse, sean físicas o intelectuales. Me explico mejor: el débil físicamente, buscará desarrollarse físicamente para ser más fuerte; el débil intelectualmente, buscará mediante el estudio desarrollar su capacidad intelectual.
¿Cómo sabemos que somos vulnerables? La vida. La vida es la Escuela. Y cuando nos sentimos vulnerables, buscamos como evitarlo. Lo que nos hace frágiles también nos hace fuertes. Somos humanos, no héroes ni androides. Basta con reconocerlo para sentir fortaleza interior, capacidad para solidarizarnos con los demás y energía para recomponernos y seguir adelante.
En los tiempos que nos están tocando vivir, cuando vemos que muchas instituciones en las que basábamos nuestra existencia se derrumban, nos podemos sentir con miedo, desorientados, dudas…. Lo que nos provoca inseguridad y al mismo tiempo dolor en el alma. Sin embargo, ese dolor del alma esconde nuestra propia fortaleza.
Al ser humano le une con otro semejante el dolor y la alegría. La forma de compartir la alegría es efímera. Lo que nos implica es el dolor, la duda, el miedo. El dolor en sus diversas formas, dificulta o imposibilita la felicidad. Y ahí es dónde, ante la vulnerabilidad del otro, nos hacemos solidarios.
Cuando uno se la identifica y decide, él sólo es el único que tiene la llave que abre la puerta del camino que le llevará a su propia fortaleza. De los demás absorbemos lo que nos dicen, aconsejan y entonces decidimos si vamos o nos quedamos aceptando una vida de dolor o una vida de alegría.
Si escogemos cualquiera de las dos, pues libres somos, que nos vaya bien es la incertidumbre. Pero en la incertidumbre vive nuestra mejor cualidad, la de nuestra propia energía, la de nuestra alma: la que nos conecta con nosotros mismos (mal vamos si nos desconectamos de uno mismo). Aceptar la vulnerabilidad, la propia, es la mejor manera de adaptarnos a la realidad en la que vivimos. Una vez aceptada, hay que darle tiempo, sin prisas. Escuchar lo que nos dice sobre nosotros, lo que trae de nuestro pasado y lo que nos propone. Abandonar viejas creencias y costumbres, adentrarse en lo nuevo, lo desconocido para aprender y fortalecernos.
Si la vulnerabilidad nos ha puesto en duda, debemos asumir el riesgo del salto al vacío, para que de ésta manera, la incertidumbre nos permita ejercer la entrega incondicional a la confianza propia. Debemos aceptar el compromiso, sea de la índole que sea, pues no hay nada escrito en nuestro futuro. Se escribe el presente. El pasado sucedió, tomémoslo como base para prevenir. El aquí y ahora, el presente, es lo que determinará, basándose en nuestras propias decisiones, lo que podrá acontecernos.
Permitid el que lo desee, el ser vulnerables. A la vulnerabilidad hay que abrazar, hay que amarla como parte de nosotros mismos y permitirle que nos exponga nuevos estadios de crecimiento. Abrazarla es sostenernos a nosotros mismos, amarnos desde el lado que solemos oscurecer. Es sentirnos vivos, sensibles y amantes.
¿Ayudar o dejarse ayudar? ¿Amar o dejarse amar? Ambas son buenas, pero PARTICIPAR es darse cuenta, es ambas a la vez. De cada uno depende lo que prefiere, Yo evidentemente elijo y escojo PARTICIPAR.
En fin, amigos y amigas, hasta aquí llego hoy, mañana más. No prometo hacerlo mejor pero si que haga lo que haga lo haré de la mejor manera posible.
Un abrazo
TONI
Vulnerabilidad: es la cualidad de vulnerable (que es susceptible de ser lastimado o herido ya sea física o moralmente). El concepto puede aplicarse a una persona o a un grupo social según su capacidad para prevenir, resistir y sobreponerse de un impacto. Las personas vulnerables son aquellas que, por distintos motivos, no tienen desarrollada esta capacidad y que, por lo tanto, se encuentran en situación de riesgo.
Vulnerable: proviene del latín VULNERABILIS, formada por VULNUS (herida) y el sufijo ABILIS (-able, indica posibilidad). Es decir, que puede ser herido, dañado, afectado fácilmente porqué no sabe o no puede defenderse por su condición de débil.
Una vez en situación, hoy quiero escribiros sobre lo vulnerables que somos los seres humanos y la forma más común que tenemos. Todos somos débiles ante una agresión, física o moral. La manera de defendernos, depende en cierta medida de la educación recibida y la buscada por uno mismo. Es decir, aquel que se sabe débil (vulnerable de ser agredido), busca herramientas para defenderse, sean físicas o intelectuales. Me explico mejor: el débil físicamente, buscará desarrollarse físicamente para ser más fuerte; el débil intelectualmente, buscará mediante el estudio desarrollar su capacidad intelectual.
¿Cómo sabemos que somos vulnerables? La vida. La vida es la Escuela. Y cuando nos sentimos vulnerables, buscamos como evitarlo. Lo que nos hace frágiles también nos hace fuertes. Somos humanos, no héroes ni androides. Basta con reconocerlo para sentir fortaleza interior, capacidad para solidarizarnos con los demás y energía para recomponernos y seguir adelante.
En los tiempos que nos están tocando vivir, cuando vemos que muchas instituciones en las que basábamos nuestra existencia se derrumban, nos podemos sentir con miedo, desorientados, dudas…. Lo que nos provoca inseguridad y al mismo tiempo dolor en el alma. Sin embargo, ese dolor del alma esconde nuestra propia fortaleza.
Al ser humano le une con otro semejante el dolor y la alegría. La forma de compartir la alegría es efímera. Lo que nos implica es el dolor, la duda, el miedo. El dolor en sus diversas formas, dificulta o imposibilita la felicidad. Y ahí es dónde, ante la vulnerabilidad del otro, nos hacemos solidarios.
Cuando uno se la identifica y decide, él sólo es el único que tiene la llave que abre la puerta del camino que le llevará a su propia fortaleza. De los demás absorbemos lo que nos dicen, aconsejan y entonces decidimos si vamos o nos quedamos aceptando una vida de dolor o una vida de alegría.
Si escogemos cualquiera de las dos, pues libres somos, que nos vaya bien es la incertidumbre. Pero en la incertidumbre vive nuestra mejor cualidad, la de nuestra propia energía, la de nuestra alma: la que nos conecta con nosotros mismos (mal vamos si nos desconectamos de uno mismo). Aceptar la vulnerabilidad, la propia, es la mejor manera de adaptarnos a la realidad en la que vivimos. Una vez aceptada, hay que darle tiempo, sin prisas. Escuchar lo que nos dice sobre nosotros, lo que trae de nuestro pasado y lo que nos propone. Abandonar viejas creencias y costumbres, adentrarse en lo nuevo, lo desconocido para aprender y fortalecernos.
Si la vulnerabilidad nos ha puesto en duda, debemos asumir el riesgo del salto al vacío, para que de ésta manera, la incertidumbre nos permita ejercer la entrega incondicional a la confianza propia. Debemos aceptar el compromiso, sea de la índole que sea, pues no hay nada escrito en nuestro futuro. Se escribe el presente. El pasado sucedió, tomémoslo como base para prevenir. El aquí y ahora, el presente, es lo que determinará, basándose en nuestras propias decisiones, lo que podrá acontecernos.
Permitid el que lo desee, el ser vulnerables. A la vulnerabilidad hay que abrazar, hay que amarla como parte de nosotros mismos y permitirle que nos exponga nuevos estadios de crecimiento. Abrazarla es sostenernos a nosotros mismos, amarnos desde el lado que solemos oscurecer. Es sentirnos vivos, sensibles y amantes.
¿Ayudar o dejarse ayudar? ¿Amar o dejarse amar? Ambas son buenas, pero PARTICIPAR es darse cuenta, es ambas a la vez. De cada uno depende lo que prefiere, Yo evidentemente elijo y escojo PARTICIPAR.
En fin, amigos y amigas, hasta aquí llego hoy, mañana más. No prometo hacerlo mejor pero si que haga lo que haga lo haré de la mejor manera posible.
Un abrazo
TONI
sábado, 12 de enero de 2013
En el camino...
Mis queridos/as amigos/as:
De momento deciros que BUEN AÑO tengáis, o lo que creo es mejor, que os vaya bonito por el 2013. Al finalizar veremos si ha sido feliz o no. Que manía con desearte Feliz Año al que acaba de empezar si el acabado, mejor dejarlo dónde está. Aunque no puedo ni debo quejarme de cómo me ha ido personalmente.
Soy un hombre sincero, y antes de morir quisiera recitar los versos de mi alma. Cultivar rosas blancas todo el año, para el amigo sincero que tiende su mano franca, es algo que habitualmente hago y que este año que nos ha dejado, he tenido la oportunidad de poder entregar y de recibir.
Ha sido un año interesante, emocionalmente sobretodo. El último trimestre especialmente. Ahora toca digerir todo, TODO lo recibido. Emociones, sensaciones, sentimientos que creía dormidos (y muertos), se han despertado para hacerme sentir que estoy vivo. Que la vida, vivida y sentida es maravillosa.
Como es fácil ser difícil. Basta permanecer alejados de los demás y, de ésta manera, no sufrir nunca. No correremos los riesgos del amor, de las decepciones, de los sueños frustrados.
Como es fácil ser difícil. No deber preocuparse por llamadas telefónicas que tenemos que hacer, de personas que piden nuestra ayuda, de la caridad que debemos hacer.
Como es fácil ser difícil. Basta fingir que vivimos en una torre de marfil, que jamás derramaremos una lágrima. Basta con pasar el resto de nuestra existencia representando un papel.
Como es fácil ser difícil. Basta con coger lo mejor de la vida.
Pero claro, ésta forma de vivir, que es del todo lícita, no es mi forma de sentir la vida: mi vida.
Maravillosa criatura, un beso lento. Maravilloso miedo, gracias por tenerte a mi lado. Y en el imprevisto, desciendes al paraíso (y de imprevisto subes al infierno). La vida es eso, si decides vivirla desnudo al abrigo de las estrellas, tiene esas cosas, sientes la vida: lo bueno y lo malo, la luz y la oscuridad, la comprensión y la incomprensión… Equilibrando las fuerzas, pues la vida es eso, un equilibrio. La búsqueda constante del equilibrio.
Luz de mis ojos, brilla sobre mí, quiero mil lunas para acariciarte. Vengo de tus sueños. Velo encima de ellos. No despiertes aún. Maravillosa criatura estás sola en el mundo. Gracias miedo por tenerte a mi lado.
En fin, amigos y amigas, hasta aquí llego hoy, mañana más. No prometo hacerlo mejor pero si que haga lo que haga lo haré de la mejor manera posible.
Un abrazo
TONI
De momento deciros que BUEN AÑO tengáis, o lo que creo es mejor, que os vaya bonito por el 2013. Al finalizar veremos si ha sido feliz o no. Que manía con desearte Feliz Año al que acaba de empezar si el acabado, mejor dejarlo dónde está. Aunque no puedo ni debo quejarme de cómo me ha ido personalmente.
Soy un hombre sincero, y antes de morir quisiera recitar los versos de mi alma. Cultivar rosas blancas todo el año, para el amigo sincero que tiende su mano franca, es algo que habitualmente hago y que este año que nos ha dejado, he tenido la oportunidad de poder entregar y de recibir.
Ha sido un año interesante, emocionalmente sobretodo. El último trimestre especialmente. Ahora toca digerir todo, TODO lo recibido. Emociones, sensaciones, sentimientos que creía dormidos (y muertos), se han despertado para hacerme sentir que estoy vivo. Que la vida, vivida y sentida es maravillosa.
Como es fácil ser difícil. Basta permanecer alejados de los demás y, de ésta manera, no sufrir nunca. No correremos los riesgos del amor, de las decepciones, de los sueños frustrados.
Como es fácil ser difícil. No deber preocuparse por llamadas telefónicas que tenemos que hacer, de personas que piden nuestra ayuda, de la caridad que debemos hacer.
Como es fácil ser difícil. Basta fingir que vivimos en una torre de marfil, que jamás derramaremos una lágrima. Basta con pasar el resto de nuestra existencia representando un papel.
Como es fácil ser difícil. Basta con coger lo mejor de la vida.
Pero claro, ésta forma de vivir, que es del todo lícita, no es mi forma de sentir la vida: mi vida.
Maravillosa criatura, un beso lento. Maravilloso miedo, gracias por tenerte a mi lado. Y en el imprevisto, desciendes al paraíso (y de imprevisto subes al infierno). La vida es eso, si decides vivirla desnudo al abrigo de las estrellas, tiene esas cosas, sientes la vida: lo bueno y lo malo, la luz y la oscuridad, la comprensión y la incomprensión… Equilibrando las fuerzas, pues la vida es eso, un equilibrio. La búsqueda constante del equilibrio.
Luz de mis ojos, brilla sobre mí, quiero mil lunas para acariciarte. Vengo de tus sueños. Velo encima de ellos. No despiertes aún. Maravillosa criatura estás sola en el mundo. Gracias miedo por tenerte a mi lado.
En fin, amigos y amigas, hasta aquí llego hoy, mañana más. No prometo hacerlo mejor pero si que haga lo que haga lo haré de la mejor manera posible.
Un abrazo
TONI
lunes, 24 de diciembre de 2012
Nacer de nuevo...
Mis queridos/as amigos/as:
Siguiendo el hilo del deseo, mira por dónde, hoy me vuelvo a poner delante del teclado, sentado, meditando, pensando, sintiendo que… Otra vez estamos en Navidad, o cerca de ella. Y siempre la misma pregunta, ¿qué significa la Navidad? Hasta ahora tenía una idea y, me ha surgido una nueva pregunta que casa mejor con lo que llevo experimentando éstos dos años y muy concretamente y fuertemente éstos días pasados. La pregunta es: ¿cuál es el verdadero significado de la palabra Navidad?
Navidad es una palabra muy hermosa, de entrada la oyes decir, y miles de sentimientos te invaden, sean buenos o malos, de diferencia o indiferencia… pero no deja a nadie quieto. La palabra Navidad proviene del latín “NATIVITATE”, y desglosada sería así:
- Nati: nacimiento
- Vita: de la vida
- Te: para ti
De ésta manera tenemos que Navidad es una palabra que significa “nacimiento de la vida para ti”. O también para simplificar “nacer de nuevo”. Y teniendo en cuenta que el solsticio de invierno ha pasado, y por el contrario de lo que se pueda pensar, el invierno es una estación de muerte, al contrario, es el otoño. El invierno es una estación de quietud, de formación de una nueva vida, de nacimiento, pues toda la vida que la madre naturaleza nos tiene preparado para primavera, es gestada en ésta estación tan misteriosa y fría. En primavera explosiona la vida aletargada, el fruto que ha ido empujando en silencio por la tierra hasta asomarse a la luz del sol.
Es un momento de quietud, de serenar el alma, de darse cuenta de lo que en nuestro interior nace, de aprender de todo lo que el año nos ha deparado. También es momento de despedirse de lo que nos sobra y que curiosamente ejerce una influencia en nosotros que nos impide desprendernos.
Ya sabéis que hace dos años invertí el curso de mi vida, siguiendo mi destino. Un camino lleno de espinas, pero las espinas protegen a las rosas, y las espinas son aprendizajes para llegar a la más bella rosa que es el conocimiento.
Siguiendo con los símiles, las espinas son esas faltas, esos errores en los que fundamentamos nuestro aprendizaje, pues ¿cómo queremos aprender si no nos equivocamos? Y en ese aprendizaje la reflexión es necesaria, el autoconocimiento para seguir la transformación.
Para reflexionar es necesario la ausencia de razón externa. Debe existir la razón interna, la ausencia total de estímulos externos, encontrar el Yo interior o interno, ese que habla en voz baja, que nace del HARA, el lugar de nacimiento de nuestras emociones. Y ahí escuchar, darse cuenta en silencio (pues si no te callas como diantre vas a escucharte). Penetrar en lo desconocido en cada momento de nuestra existencia, todo aquello que abarca el campo de nuestras posibilidades, siempre fresco, siempre nuevo, siempre abierto a la creación de nuevas manifestaciones. Sin la incertidumbre y sin lo desconocido, la vida es solo una vil repetición de recuerdos gastados convirtiéndonos en víctimas del pasado.
En silencio reflexionamos sobre ello si pretendemos, queremos y deseamos (un deseo sin voluntad es un sueño sin realizar) crecer con humildad. Pues sólo desde la humildad podremos comprender y aceptar. Desde la humildad podremos avanzar en lo desconocido de la incertidumbre, lo que nos deparará no lo sabemos si no salimos a descubrirlo. Y para ello, debemos aprender a practicar el desapego (una de las Leyes Espirituales Universales que dice: para obtener cualquier cosa en el universo físico, debemos de renunciar a nuestro apego a ella, no a la intención), y por contrario que parezca, es sinónimo de confianza.
En cambio, el apego se basa en el temor y la inseguridad. Para lograr la verdadera conciencia de nuestra riqueza interior, debemos de afianzarnos y confiar en la incertidumbre, que es el suelo fértil de la creatividad pura y la libertad.
Así que en silencio, con humildad, asentar el aprendizaje y crecer. Nunca dejar de aprender para nunca dejar de crecer y… comprender.
En fin, amigos y amigas, hasta aquí llego hoy, mañana más. No prometo hacerlo mejor pero si que haga lo que haga lo haré de la mejor manera posible.
Un abrazo
TONI
Siguiendo el hilo del deseo, mira por dónde, hoy me vuelvo a poner delante del teclado, sentado, meditando, pensando, sintiendo que… Otra vez estamos en Navidad, o cerca de ella. Y siempre la misma pregunta, ¿qué significa la Navidad? Hasta ahora tenía una idea y, me ha surgido una nueva pregunta que casa mejor con lo que llevo experimentando éstos dos años y muy concretamente y fuertemente éstos días pasados. La pregunta es: ¿cuál es el verdadero significado de la palabra Navidad?
Navidad es una palabra muy hermosa, de entrada la oyes decir, y miles de sentimientos te invaden, sean buenos o malos, de diferencia o indiferencia… pero no deja a nadie quieto. La palabra Navidad proviene del latín “NATIVITATE”, y desglosada sería así:
- Nati: nacimiento
- Vita: de la vida
- Te: para ti
De ésta manera tenemos que Navidad es una palabra que significa “nacimiento de la vida para ti”. O también para simplificar “nacer de nuevo”. Y teniendo en cuenta que el solsticio de invierno ha pasado, y por el contrario de lo que se pueda pensar, el invierno es una estación de muerte, al contrario, es el otoño. El invierno es una estación de quietud, de formación de una nueva vida, de nacimiento, pues toda la vida que la madre naturaleza nos tiene preparado para primavera, es gestada en ésta estación tan misteriosa y fría. En primavera explosiona la vida aletargada, el fruto que ha ido empujando en silencio por la tierra hasta asomarse a la luz del sol.
Es un momento de quietud, de serenar el alma, de darse cuenta de lo que en nuestro interior nace, de aprender de todo lo que el año nos ha deparado. También es momento de despedirse de lo que nos sobra y que curiosamente ejerce una influencia en nosotros que nos impide desprendernos.
Ya sabéis que hace dos años invertí el curso de mi vida, siguiendo mi destino. Un camino lleno de espinas, pero las espinas protegen a las rosas, y las espinas son aprendizajes para llegar a la más bella rosa que es el conocimiento.
Siguiendo con los símiles, las espinas son esas faltas, esos errores en los que fundamentamos nuestro aprendizaje, pues ¿cómo queremos aprender si no nos equivocamos? Y en ese aprendizaje la reflexión es necesaria, el autoconocimiento para seguir la transformación.
Para reflexionar es necesario la ausencia de razón externa. Debe existir la razón interna, la ausencia total de estímulos externos, encontrar el Yo interior o interno, ese que habla en voz baja, que nace del HARA, el lugar de nacimiento de nuestras emociones. Y ahí escuchar, darse cuenta en silencio (pues si no te callas como diantre vas a escucharte). Penetrar en lo desconocido en cada momento de nuestra existencia, todo aquello que abarca el campo de nuestras posibilidades, siempre fresco, siempre nuevo, siempre abierto a la creación de nuevas manifestaciones. Sin la incertidumbre y sin lo desconocido, la vida es solo una vil repetición de recuerdos gastados convirtiéndonos en víctimas del pasado.
En silencio reflexionamos sobre ello si pretendemos, queremos y deseamos (un deseo sin voluntad es un sueño sin realizar) crecer con humildad. Pues sólo desde la humildad podremos comprender y aceptar. Desde la humildad podremos avanzar en lo desconocido de la incertidumbre, lo que nos deparará no lo sabemos si no salimos a descubrirlo. Y para ello, debemos aprender a practicar el desapego (una de las Leyes Espirituales Universales que dice: para obtener cualquier cosa en el universo físico, debemos de renunciar a nuestro apego a ella, no a la intención), y por contrario que parezca, es sinónimo de confianza.
En cambio, el apego se basa en el temor y la inseguridad. Para lograr la verdadera conciencia de nuestra riqueza interior, debemos de afianzarnos y confiar en la incertidumbre, que es el suelo fértil de la creatividad pura y la libertad.
Así que en silencio, con humildad, asentar el aprendizaje y crecer. Nunca dejar de aprender para nunca dejar de crecer y… comprender.
En fin, amigos y amigas, hasta aquí llego hoy, mañana más. No prometo hacerlo mejor pero si que haga lo que haga lo haré de la mejor manera posible.
Un abrazo
TONI
domingo, 23 de diciembre de 2012
Te deseo...
Mis queridos/as amigos/as:
Una amiga mia me envío éste deseo. Es de Víctor Hugo, que en breve se estrenará una película de una de sus grandes obras: "Los miserables".
Me pareció, y parece, un deseo íntegro, lleno de sabiduría, para el que se lo sepa entender, y personalmente creo, que todos/as aquellos/as que me siguen, son sin lugar a dudas seres inteligentes (uno debe de escribir para los inteligentes, aunque sin menospreciar a los que no lo sean y deseen seerlo).
Aprender es fundamental en la vida, lo hacemos diariamente. Y para poder aprender hay que ser consciente de que el error debe de formar parte de ese aprendizaje: se aprende más de un error que de cien preguntas.
Apropiándome del texto, realmente es lo que os deseo...
Te deseo…
Primero que quieras, y que amando te amen. Y que si no es así, seas breve al olvidar y después de olvidar, no guardes rencor.
Que tengas amigos y, aunque poco sabios, sean nobles y fieles, y que haya al menos uno en quién puedas confiar ciegamente. Y porqué la vida es así, deseo tengas enemigos ni muchos ni pocos, en la medida exacta, porque así te harán cuestionar tus propias certezas. Y que de entre ellos, haya al menos uno que sea justo, para que no te sientas muy seguro.
Que seas útil, pero no insustituible. Y que en los momentos difíciles, cuando no te quede nada más, ésta utilidad te sirva para mantenerte de pie.
Igualmente, deseo que seas tolerante. NO con los que se equivocan poco, porqué es muy fácil, sino con aquellos que se equivocan de manera irremediable, y que haciendo buen uso de tú tolerancia, sirvas de ejemplo a los otros.
Que siendo joven no madures demasiado deprisa, y que ya maduro, no insistas en rejuvenecer, y que siendo anciano no caigas en la desesperación. Porque cada edad tiene su gozo y su dolor y han de fluir entre nosotros.
Te deseo también que tengas alguien de quién responder, que veas como crece y como madura y que reconozcas tú aportación en su forma de ser y de sentir. En lo bueno, puesto que no hay nada más hermoso que la vida, y en lo malo, porqué te hará sentir tus propias limitaciones más profundas. Y porque seas consciente que, aunque tú no lo quieras creer, y por mucho que intentes evitarlo, hay muchas cosas que se nos escapan de las manos. Por suerte.
Que tengas un poco de tristeza. No todo el año, sino tan solo un día. Pero que éste día te sirva para descubrir que el reír habitual es bueno, que el reír diario es aburrido y que el reír siempre, es malsano.
También que vivas momentos difíciles, aquellos que ponen a prueba nuestra frágil fortaleza, y que te enseñen quién eres y a quién tienes a tú lado. Y que cuando éstos momentos difíciles pasen, porqué tarde o temprano siempre acaban pasando, seas un poco mejor que antes. Y entonces sepas dar a los demás, ayudándolos cuando les lleguen las dificultades.
Que descubras, y con máxima urgencia, que más allá de tú día a día, existen y te rodean seres oprimidos, tratados con injusticia, y personas infelices.
Que acaricies un gato, tires una piedra al río y escuches el silencio del amanecer, porqué serás feliz con poco. También que plantes una semilla, por pequeña que sea, y que la acompañes en su crecimiento, para que descubras de cuántas vidas está hecho un árbol.
También que tengas dinero, porqué es necesario ser práctico. Y que al menos una vez al año los pongas delante de ti y digas: “Esto es mío”, sólo para que quede claro quién es amo de quién.
Que ninguno de tus deseos se muera, pero que si muere uno, puedas llorar sin lamentarte de no haber hecho el máximo posible para cumplirlo. Y levantar la vista y volver a empezar enseguida.
Si todo esto llega a pasarte, no tengo nada más que desearte…
En fin, amigos y amigas, hasta aquí llego hoy, mañana más. No prometo hacerlo mejor pero si que haga lo que haga lo haré de la mejor manera posible.
Un abrazo
TONI
Una amiga mia me envío éste deseo. Es de Víctor Hugo, que en breve se estrenará una película de una de sus grandes obras: "Los miserables".
Me pareció, y parece, un deseo íntegro, lleno de sabiduría, para el que se lo sepa entender, y personalmente creo, que todos/as aquellos/as que me siguen, son sin lugar a dudas seres inteligentes (uno debe de escribir para los inteligentes, aunque sin menospreciar a los que no lo sean y deseen seerlo).
Aprender es fundamental en la vida, lo hacemos diariamente. Y para poder aprender hay que ser consciente de que el error debe de formar parte de ese aprendizaje: se aprende más de un error que de cien preguntas.
Apropiándome del texto, realmente es lo que os deseo...
Te deseo…
Primero que quieras, y que amando te amen. Y que si no es así, seas breve al olvidar y después de olvidar, no guardes rencor.
Que tengas amigos y, aunque poco sabios, sean nobles y fieles, y que haya al menos uno en quién puedas confiar ciegamente. Y porqué la vida es así, deseo tengas enemigos ni muchos ni pocos, en la medida exacta, porque así te harán cuestionar tus propias certezas. Y que de entre ellos, haya al menos uno que sea justo, para que no te sientas muy seguro.
Que seas útil, pero no insustituible. Y que en los momentos difíciles, cuando no te quede nada más, ésta utilidad te sirva para mantenerte de pie.
Igualmente, deseo que seas tolerante. NO con los que se equivocan poco, porqué es muy fácil, sino con aquellos que se equivocan de manera irremediable, y que haciendo buen uso de tú tolerancia, sirvas de ejemplo a los otros.
Que siendo joven no madures demasiado deprisa, y que ya maduro, no insistas en rejuvenecer, y que siendo anciano no caigas en la desesperación. Porque cada edad tiene su gozo y su dolor y han de fluir entre nosotros.
Te deseo también que tengas alguien de quién responder, que veas como crece y como madura y que reconozcas tú aportación en su forma de ser y de sentir. En lo bueno, puesto que no hay nada más hermoso que la vida, y en lo malo, porqué te hará sentir tus propias limitaciones más profundas. Y porque seas consciente que, aunque tú no lo quieras creer, y por mucho que intentes evitarlo, hay muchas cosas que se nos escapan de las manos. Por suerte.
Que tengas un poco de tristeza. No todo el año, sino tan solo un día. Pero que éste día te sirva para descubrir que el reír habitual es bueno, que el reír diario es aburrido y que el reír siempre, es malsano.
También que vivas momentos difíciles, aquellos que ponen a prueba nuestra frágil fortaleza, y que te enseñen quién eres y a quién tienes a tú lado. Y que cuando éstos momentos difíciles pasen, porqué tarde o temprano siempre acaban pasando, seas un poco mejor que antes. Y entonces sepas dar a los demás, ayudándolos cuando les lleguen las dificultades.
Que descubras, y con máxima urgencia, que más allá de tú día a día, existen y te rodean seres oprimidos, tratados con injusticia, y personas infelices.
Que acaricies un gato, tires una piedra al río y escuches el silencio del amanecer, porqué serás feliz con poco. También que plantes una semilla, por pequeña que sea, y que la acompañes en su crecimiento, para que descubras de cuántas vidas está hecho un árbol.
También que tengas dinero, porqué es necesario ser práctico. Y que al menos una vez al año los pongas delante de ti y digas: “Esto es mío”, sólo para que quede claro quién es amo de quién.
Que ninguno de tus deseos se muera, pero que si muere uno, puedas llorar sin lamentarte de no haber hecho el máximo posible para cumplirlo. Y levantar la vista y volver a empezar enseguida.
Si todo esto llega a pasarte, no tengo nada más que desearte…
En fin, amigos y amigas, hasta aquí llego hoy, mañana más. No prometo hacerlo mejor pero si que haga lo que haga lo haré de la mejor manera posible.
Un abrazo
TONI
Suscribirse a:
Entradas (Atom)