domingo, 30 de octubre de 2011

Esclavitud: nuevas formas...

Mis queridos/as amigos/as:



¿Por qué se llama Black Berry a la Black Berry? ¿No os lo habéis preguntado nunca? (A lo mejor hay tantas cosas que no nos hemos preguntado NUNCA que ésta también puede ser una de esas preguntas que talvez obtengan una respuesta satisfactoria. A menudo sucede que los nombres que le ponen a algunos artículos que la sociedad de hoy en día utiliza (entre los que me incluye – aunque éste no sea el caso pues sigo utilizando el teléfono móvil como teléfono, es decir, para llamar, enviar SMS y poca cosa más -) tienen un nombre con un significado que tiene historia. El caso de hoy, que recuerdo me ha llegado por correo privado y he considerado que no le falta miga (historia y razón), por lo que es motivo más que suficiente para compartirlo.

Marguerite Yourcenar, en su magnífico " Memorias de Adriano", escribió:
"Dudo de que toda la filosofía de este mundo consiga suprimir la esclavitud; a lo sumo le cambiarán el nombre."

¿Por qué se llama Black Berry? En la época de la esclavitud en los Estados Unidos, a los esclavos nuevos se les ataba una bola negra de hierro muy irregular y cacariza (no era una bola perfecta), con una cadena y un grillete al pie, para que no escaparan corriendo de los campos de algodón. Los amos, para usar un eufemismo (palabra políticamente más correcta, suena más bonito), le llamaban "Black Berry" (cereza negra) porque se asemejaba a dicha fruta. Ese era el símbolo de la esclavitud que decía que estaría forzado a dejar su vida hasta perecer sin poder escapar en esos campos de siembra.

En los tiempos modernos, a los nuevos empleados no se les puede amarrar una bola de hierro para que no escapen, en cambio, se les da un "Black Berry" y quedan inalámbricamente atados con ese grillete, que al igual que los esclavos, no pueden dejar de lado y que los tiene atados al trabajo todo el tiempo.

Es el símbolo moderno de la esclavitud en el que gerentes, ejecutivos, directores y empleados en general tienen uno y cualquiera puede ver cómo están pegados a él todo el tiempo, como adicción; en el baño, en el auto, en el cine, en la cena, al dormirse y no hay forma de escapar cuando llama el jefe o cuando les mandan correos.
También aquellos que no son los anteriormente citados, pero son esclavos de las últimas tendencias (tecnológicas o no – entiéndase también la moda u otro tipo de tendencias -) son esclavos (adictos a la apariencia).

No hay manera de decir que no te llegó o que no escuchaste porque este teléfono chismoso te avisa si llamaron y no contestaste, si tienes mensajes por leer, si los leíste y si los demás abrieron tus correos, te marca citas, horarios, te despierta, se apaga solo, se conecta solo, y te permite estar idiotizado horas en Internet, mientras tu esposa, esposo, novia o novio y tus hijos y familia te reclaman porque no les pones atención.

Y ahí los ves, modernos, ejecutivos que se sienten muy importantes porque "el jefe" o ellos mismos para aparentar interesantes tienen su Black Berry para que no escapen de los campos de trabajo, de estar con ellos mismos, de estar formando parte de algún momento importante y desprecian por no querer sentirse parte de algo más hermoso que un aparato (personalmente me siento indignado – palabra tan en boga hoy en día – cuando veo secuencias de éste tipo).

¿No habrían podido pensar un nombre mejor, no?

En fin, amigos y amigas, hasta aquí llego hoy, mañana más. No prometo hacerlo mejor pero si que haga lo que haga lo haré de la mejor manera posible.

Un abrazo

TONI

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