jueves, 21 de junio de 2007

Diogenes.... y su síntoma

Hola amigos:

De nuevo por aquí. Hoy os propongo la lectura sobre algo conocido como el “Síndrome de Diógenes”. Se le conoce así desde 1975, cuando unos científicos decidieron bautizar ese desorden de la conducta en honor de Diógenes de Sínope, un filósofo de la época de Aristóteles, famoso por preconizar un modo de vida austero y renunciar a todo tipo de comodidades.
La conducta normalmente representada se basa en aislamiento social, reclusión en el propio hogar y abandono de la higiene. Aquellos que lo sufren pueden llegar a cumular grandes cantidades de basura y vivir (voluntariamente) en condiciones de pobreza extrema. También suelen reunir grandes cantidades de dinero en el propio domicilio o en el banco, llegando incluso a olvidarse de su existencia, de ahí que tengan la necesidad de acumular cosas inútiles.
Aquel que la padece (dicen que suele darse principalmente en ancianos, aunque yo no me lo creo, como más adelante demostraré) suele tener cierta tendencia al aislamiento aunque pueden intervenir factores para ello como una situación de estrés, muerte de un familiar, dificultades económicas, pero sobre todo la soledad (uno de los grandes males de nuestra época). La posición socioeconómica no protege de que se pueda padecer el síndrome, pues incluso se han dado casos de personas con estudios y pudientes económicamente.
Pues bien, aclarado el tema os propongo una reflexión. El estudio dice que se acumulan grandes cantidades de basura y cosas inútiles. Abramos nuestros armarios y trasteros: el que este libre de culpa que tire la primera piedra.
Acumulamos en nuestras casas grandes cantidades de cosas que lo único que aportan a nuestra vida es recuerdos. Pero que curiosidad, si no necesitamos verlos para saber que los tenemos o que los hemos tenido, entonces porqué los guardamos. Es un claro síntoma del síndrome de Diógenes, y para nada somos ancianos huraños que vivimos solos.
En vez de acumular amigos con los que poder conversar y mirarte a los ojos para decirte lo que quieras, lo que sientas, al margen de que algunos de los que estén allí (y que también se consideran amigos) puedas herirles su “sensibilidad”, nos dedicamos a cumular prendas de vestir y demás cosas inútiles. Y no estoy proponiendo ir en pelotas por la vida, que no estaría mal. Solo escribo que el síndrome ese de marras normalmente asociado a personas hurañas y sucias, puede estar en cada uno de nosotros, por muy limpios que vayamos y por muchos estudios y dinero que tengamos.
La soledad en la que muchas veces nos encontramos es un síntoma más de esta sociedad de mierda que preconiza el aislamiento con la tapadera de que la calle es peligrosa para que los niños jueguen y, les compramos un juego diabólico de TV u ordenador y como están en casa, nosotros que nos hemos criado jugando en parques y calles ahora les obligamos a asilarse de los demás, fomentando comportamiento impropios de personas que se autodenominan civilizados.
Que bonito es proteger a los animalitos indefensos cuando un ser humano puede necesitar cariño, un abrazo, un plato de comida… Que hipócritas podemos llegar a ser con nosotros mismos y ya no digamos para con los demás.
Ahora se ha puesto de moda dar abrazos gratis. Seguro que al verlo pensaremos que es un tarado descerebrado. Pero quién: el que ha decidido dar el abrazo o el que se niega a recibirlo porque proviene de un desconocido y aún seguimos creyendo en el que dirán.
Hace tiempo que me di cuenta de esas cosas, y ahora permitidme que os escriba para deciros que poseo el síndrome de Diógenes pero a la inversa: acumulo amigos estupendos a los que beso cada vez que los veo, los abrazo y hago que sientan la felicidad que me conforta al estar con ellos; un hermano al que cada día admiro más (su descubrimiento ha sido para mí lo más maravilloso de estos duros cuatro años ya) y no niego el descubrirme ni descubrir a nadie… Y la experiencia está resultando ser sumamente positiva.
Así que, haced lo que os de la gana, pero realmente es lo que queréis???????
Bueno amigos, hasta aquí llego hoy y hoy tocaba reflexión espiritual. Mañana intentaré hacerlo mejor si es que puedo. Un abrazo

TONI

PD: Si alguno/a se siente identificado no ha sido mi intención identificar a nadie, pero si te has sentido identificada es que tienes el síndrome de Diógenes. Ves al doctor, al terapeuta o empieza a cambiar tu destino (que seguramente será ese, cambiar tu destino es tu objetivo en esta vida). Un abrazo

TONI

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