miércoles, 20 de abril de 2011

Revisión de las verdades (1)...


Mis queridos/as amigos/as:

La verdad es intrínseco al hombre. Es propio y característico de cada ser humano: hombre o mujer, niño o niña, anciano o anciana… La verdad es diferente en cada individuo, lo mismo que cada individuo se diferencia de otro por diferentes y variadas características, sean éstas físicas, psíquicas, morfológicas… De ahí que haya y habrá infinitas verdades.

Todos dicen la verdad para ser justos, sea consigo mismo o con los demás, pero la justa verdad es la de Dios. Y Dios es tan grande que el ser humano sólo puede interpretar la verdad divina. Pero el ser humano no es Dios; y si Dios es divino y el hombre humano: quién, cómo y porqué el hombre puede interpretar y aplicar la verdad divina bajo su juicio, eso si, en nombre de Dios.

Ésta verdad divina, a lo largo de la Historia, se ha aplicado según el que la haya interpretado. Aunque no siempre haya sido correcta su interpretación, la verdad divina, es divina (es palabra de Dios), y nadie puede desacatarla sin su justo castigo.

La verdad siempre ha traído problemas al ser humano. Si eres débil y defiendes tú verdad, llega el fuerte e impone la suya por la fuerza (la razón de las bestias es la fuerza, no lo olvidemos). Miremos cuántos seres humanos murieron por defender su verdad, entonces equivocada y la historia les dio la razón: defendían su verdad.

Un fraile franciscano de finales de la Edad Media llamado Fray Guillermo, fue sometido a juicio por la Inquisición, simplemente por defender la verdad, del que logró salir con vida al arrepentirse. Posteriormente, por volver a defender lo que él creía la verdad (y ya más mayor, todo sea escrito), volvió a enfrentarse a la Inquisición, y a punto de ser condenado, pues ésta vez sea por estar al final de su vida o por edad, fue condenado, aunque la casualidad o causalidad hizo que una revuelta popular contra el tribunal de la Inquisición que lo juzgaba en este particular caso, logró salvar su vida una vez más.

Ésta revuelta, como muchas más que ha habido en la Historia de la Humanidad y las que deberán de haber aún (observad el Norte de África), propuesta por el ser humano basándose en las injusticias sociales de la época (como todas las revueltas populares).

Aquel que se encuentra seguro de su verdad la defiende hasta la muerte, siendo seguramente sus últimas palabras: TENGO RAZÓN.

Razón, que palabra. Ésta va asociada asiduamente con la palabra VERDAD. Aquel que se considera que tiene razón, cree también que tiene la verdad consigo. Y eso, algunas veces no es del todo cierto.

Según la Real Academia de la Lengua:
“Razón”: es la facultad de conocer y juzgar, de combinar conceptos y proposiciones. La razón es privativa del hombre.
“Verdad”: es la conformidad de las cosas con el concepto que de ellos forma la mente. Conformidad de lo que se dice con lo que siente o piensa. Nos da dos tipos de verdad:
- Formal: ausencia de contradicción en el pensamiento
- Material: conformidad de pensamiento con su objeto, distinto de él.

Deduzco entonces que la verdad no se puede clasificar, puesto que si cada individuo posee su propia verdad, ésta es distinta en cada individuo, y tampoco podemos clasificar a todos los individuos, aunque lo hagamos por género, raza, lugar… estamos generalizando, cosa que con la verdad, en principio, no debemos (si podemos). Las enciclopedias y diccionarios nos dan definiciones de lo que es la verdad según los eruditos.

Pero la vida tiene otras verdades…

En fin, amigos y amigas, hasta aquí llego hoy, mañana más. No prometo hacerlo mejor pero si que haga lo que haga lo haré de la mejor manera posible.

Un abrazo

TONI

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