martes, 21 de septiembre de 2010

Me acuerdo o no... Alzheimer (Día Mundial)

Hola amigos/as:
El motivo de dirigirme a vosotros/as hoy es el siguiente, resulta que hoy inicia el tercer trimestre estacional, es decir, hoy inicia oficialmente el Otoño, en algunos lugares es época de Primavera y aquí llega con lluvias y descensos de temperaturas (no considerables, pero se nota, sobretodo si vas en moto).
Y evidentemente que podrías ser un buen motivo, pero resulta que mientras conducía y escuchaba la radio (ONDA CERO para ser más exacto y a Carlos Herrera - que por cierto me gusta el programa que hace -), me he enterado de que se celebra el Día Mundial del Alzheimer, y en vez de no acordarme de nada, resulta que me acuerdo de mi abuelo. Y todo ello por el paso de una llamada de teléfono de una oyente explicando un poco la vida de su marido.
Mientras escuchaba ese testimonio, por cierto muy emotivo y bello, esa mujer agradecía a su esposo el haberle dado lo mejor de su vida, haberla hecho la mujer más feliz, y que el mejor regalo que han tenido jamás, sus cuatro hijos, estaban volcados en el cuidado del padre.
Lo curioso del tema es que el padre de profesión militar, a los que se les supone cierta disciplina, había inculcado el amor a su profesión a sus cuatro hijos: que son todos militares de carrera, es decir, de Academia de Oficiales de Zaragoza (en concreto su hija es Médico Militar). Ella narraba que seguía maquillándose para ir a trabajar y arreglándose para estar siempre guapa, y que aunque a veces no la reconociese, él la miraba con esa mirada pícara que tantos buenos preludios habían sido para su relación.
Con esto quiero decir, que aparte de acordarme de mi abuelo de Bélgica, que ésta dura y degenerativa enfermedad no le visitó (fue la otra), me acordé de mi abuelo paterno: aquel que en los negocios me enseñó mucho (primero los trabajadores siempre, después los proveedores y por último, siempre tú, de ésta manera conseguirás el respeto y la lealtad de ellos, así que cuando vengan mal dadas, contarás con su colaboración – como así me está sucediendo -).
He recordado que cuando el día a día nos mantenía en contacto, siempre tenía una sonrisa en su cara, me tomaba de la mano y me empujaba para acercar mi cara a sus labios y besar mi mejilla. Luego siempre me decía que si lo necesitaba, que estaba en el despacho y lo avisase, que se iba a descansar pues estaba cansado.
Y todo eso continuó hasta que me separaron con malas artes y muy poca ética. Pero siempre que iba a verlo, me recibía con la mejor de sus sonrisas, unos besos y me decía: “ánimo valiente”.
Alguna que otra vez me pregunté si realmente tenía Alzheimer o no, pues aunque ésta enfermedad es al corto plazo en memoria, el largo plazo permanece. Y sus ojos debían de ver (y no mirar) lo que estaba sucediendo. Una vez, sólo una vez (las mismas que me dio las gracias – por todo y por nada -) me dijo: “Perdóname”… Supongo que se a lo que se refería, pero sólo lo supongo, de igual modo que a las gracias.
Yo también le daba las gracias, pues soy un bien nacido. Lo del perdón, sabiendo (o no) el motivo, también. Era mi abuelo, es mi abuelo y será mi abuelo.
El Alzheimer es una enfermedad degenerativa del ser humano, una proteína tóxica para el buen uso del cerebro se deposita en él. Y poco a poco, con el paso del tiempo, va realizando su misión, la de la memoria es la más común, pero prosigue anulando las funciones que rige el cerebro sobre el resto de órganos del cuerpo humano, hasta que llega un día, en que te quedas en posición fetal y el cerebro deja de dar órdenes y tú cuerpo se va abandonando, hasta que deja de latir el corazón y, tú alma sale para ir en busca de otro cuerpo o pasear por ese cielo azul que todo el mundo tiene.
Es de agradecer que llegado ese momento, muchos de nosotros nos acordemos de cuando éramos niños y nuestros padres y abuelos hicieron por nosotros (aunque lo mío viene de naturaleza y NUNCA por lo que hicieron, bueno mi abuelo tuvo un detalle siendo niño Yo y eso me marcó, después vino el tema de enseñarme a pescar y no darme peces, pero lo que hice lo hice porqué aquellos que me conocen saben que soy así), abandonar egoísmos y devolverles un poco lo que en su día nos dieron (se lo merezcan o no, es criterio de cada uno).
El camino que escogemos es nuestro, y en él, siguiendo una máxima Ley de la Naturaleza recogeremos lo que sembremos. Y como decía Martin Luther King: "aún si supiera que mañana el mundo se iba a destruir, Yo seguiría plantando mi manzano"...


Bueno amigos/as, hasta aquí llego hoy, mañana más aunque no prometo que lo vaya a hacer mejor, pues sería imposible, pero si afirmaros que haga lo que haga, lo haré de la mejor manera posible.
Un abrazo

TONI

1 comentario:

Anónimo dijo...

Te he dicho que escribes muy bien?
Que eres un precioso?
Que te AMO?
Si mi vida, TE AMO!
Un beso apretadito