domingo, 13 de noviembre de 2011

Indiganción personal...

Mis queridos/as amigos/as:

Hay un proverbio que dice: “No sirve de nada ir a quemar incienso a miles de kilómetros cuando eres incapaz de recorrer los centímetros que te separan de la puerta de tu vecino de enfrente para conocerlo”. Y debe de ser así cuando en vez de estar indignados con los demás no nos indignamos con nuestra propia actitud.
Quiero decir, el estar indignado, que ha dado nombre a un movimiento que se queja de todo ahora, y no cuando años atrás disfrutaban de estirar más la manga que el brazo. O nos abotargaban con programas estúpidos para entretener al pueblo de aquello que se nos iba a venir.

Resulta que a la hora de programar la TV, todo lo que nos dan en horario de máxima audiencia es básicamente insustancial (Pan y Circo como hacían ya entonces los romanos para entretener al pueblo mientras los gobernantes en sus desmanes se hacían cada vez más ricos y corruptos). Pero en la radio sucede prácticamente lo mismo. Nadie escucha determinados programas y nadie ve determinados programas. Pero ahí están, que todo el mundo sabe quién es el analfabeto de turno que sin hacer nada, sin esfuerzo de ningún tipo, ahí está, cobrando un dineral por no decir nada, por no instruir nada bueno, por… Mientras un médico, un ingeniero, un profesor, un científico tiene recortes de todo tipo y problemas para seguir avanzando en su labor de ayuda al prójimo.

Y entrando en tópicos, vamos a comentar sobre la más tópica de todas. Esa mujer que por copular con un torero y darle una hija, lleva años viviendo de esa copula y se ha autoerigido como “Princesa del Pueblo”. Esa mujer se permite hasta el lujo de decir lo que le da la real gana a quién sea, y encima, se autoproclama como la voz del pueblo, creo que la mujer en cuestión está cobrando anualmente el millón de euros. Pero el problema no es lo que cobre, el problema es la falta de motivación de la inmensa mayoría de los jóvenes de éste país por desarrollar y esforzarse en conseguir las cosas. Todos quieren ser famosos y guapos, pero pocos quieren esforzarse.

Mientras ese tipo de programas ocupan los primeros puestos de la parrilla televisiva, hay otros programas, con entrevistas a personajes que pueden aportar algo a horas intempestivas, que para verlos y escucharlos, al día siguiente debes ir con falta de sueño pero con los ojos más abiertos si cabe a la realidad real y no la aparente (ese mundo de dibujos animados que intentan vendernos).
“Life is a dream” dice el estribillo de una canción de los años 60. Traduzco, “la vida es un sueño”, y personalmente si te esfuerzas en que así sea, lo ES. Ahí está el problema, ¿hay que esforzarse para que tú vida sea un sueño? SI querido amigo/a. Para evolucionar hay que esforzarse, hay que educarse, hay que ser constantes, hay que ser auto disciplinados (pero para que aparezca debe enseñar primero qué es – y eso también exige esfuerzo -), hay que ser flexibles (aceptar, comprender y entender que no todos/as deben de ser como uno mismo) y sobretodo, hay que disfrutar con lo que se hace, pues la felicidad no está en la meta sino en el camino. Debemos recordar también que si no fuésemos flexibles, no hubiésemos evolucionado.
Y mientras, nos es más fácil seguir indignados con lo de fuera antes de recapacitar y darnos cuenta de que deberíamos estar indignados con nosotros mismos por permitirnos ver determinados programas y estar de brazos parados (un libro cerrado es un amigo que espera y abierto, un amigo que nos habla).

Estamos en campaña electoral, y todo apunta a que la solución a nuestros problemas vendrá con un cambio de gobierno. Gobierno que entre en principio, mientras sigue recortando el bienestar social y el sueldo, mientras que ninguno de ellos habla de recortes a los magníficos sueldos que cobran, recordemos que todos ellos están en política para favorecer la vida a la masa que los vota y nadie, les ha puesto una pistola en la cabeza para ser políticos y ayudar al prójimo (reconociendo que ellos también deben de ganarse la vida, pero de una manera razonable y no tan exageradamente razonable). Ellos, en cierta medida son responsables, pero nuestra propia avaricia y las pocas ganas de esforzarnos nos ha llevado a dónde estamos (me podría incluir antes pero no ahora). Así que deberíamos dejar de indignarnos con los demás, empezar a indignarnos con nosotros mismos (el camino más difícil) y dejar de poner culpas a otros (el camino más fácil).

Cambia al hombre y cambiarás al mundo, pero para ello, hay que esforzarse. Y eso, queridos/as amigos/as cuesta. Es más fácil que otro nos solucione a que los solucionemos nosotros mismos, y otra vez para eso aparece la palabra ESFUERZO.

Por lo tanto no es de extrañar que tengamos la clase de gobernantes que tenemos…
En fin, amigos y amigas, hasta aquí llego hoy, mañana más. No prometo hacerlo mejor pero si que haga lo que haga lo haré de la mejor manera posible.

Un abrazo

TONI

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